Lodges de lujo y una hermosa piscina a la sombra de los cocoteros, todo a un paso de la playa. Para los huéspedes de este hotel de cinco estrellas situado en la isla indonesia de Gili Trawangan, el entorno idílico promete una estancia inolvidable. Pero detrás de esta decoración de postal, montones de residuos se acumulan al aire libre a un paso de las habitaciones y atraen incluso a los animales en busca de comida. Esto lo revela un vídeo compartido este domingo por el periodista Hugo Clément, visto casi 2,5 millones de veces en menos de 24 horas.
“Es la cara oculta del turismo de masas, que no vemos en Insta ni en TikTok”, comenta Hugo Clément en su vídeo de dos minutos realizado al margen del rodaje del próximo programa de Sur le front en France 5. Embalajes, residuos domésticos, escombros de obras… “Eso es todo lo que el hotel vierte directamente a la naturaleza”, describe al descubrir el vertedero ilegal al doblar una puerta trasera. Si el periodista no nombra el establecimiento, hay una pista para identificarlo: una zapatilla que lleva el nombre de Jambuluwuk, un hotel de cinco estrellas que ofrece pernoctaciones a partir de 70 euros la noche.
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Las imágenes son tanto más interesantes cuanto que “el hotel destaca su lado eco-responsable en su sitio web y elogia su gestión de residuos”, continúa Hugo Clément. En los comentarios, muchos internautas señalan, sin embargo, que este problema es global en Indonesia debido a la evidente falta de infraestructura dedicada a la recogida de residuos.
En Booking, el Jambuluwuk Oceano Gili Trawangan incluso muestra un nivel 3 en la categoría “Viajes sostenibles”, el nivel más alto de distinción. “Debemos tener cuidado con estas insignias que sólo se basan en declaraciones. Las grandes plataformas como Booking no realizan ninguna verificación y no incluyen criterios de responsabilidad ecológica en su tabla de calificación”, advierte Guillaume Jouffre, cofundador de GreenGo. En esta alternativa francesa y ecorresponsable a Airbnb, los alojamientos se evalúan según una grilla de 113 criterios medioambientales antes de ser seleccionados.
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Booking también reconoce que otorga el distintivo “Viajes Sostenibles” basándose en la simple buena fe de los anfitriones. “Este establecimiento nos dijo que actuáramos e invirtiéramos de manera muy significativa para una mayor sostenibilidad, implementando prácticas que puedan tener un impacto positivo a nivel ambiental y social”, se puede leer en la plataforma.
Entonces, ¿cómo se separa el trigo de la paja? En primer lugar, haga referencia a etiquetas como la etiqueta ecológica europea, la llave verde o la ecogîte, a menudo concedidas por organizaciones externas. “Sin embargo, estas etiquetas tienen límites porque cubren una pequeña zona geográfica y se conceden a muy pocos establecimientos”, advierte Guillaume Jouffre. Otra solución es leer reseñas online en diferentes plataformas: “La comunidad es la palanca más poderosa y el vídeo de Hugo Clément muestra el impacto que puede tener. Los clientes que se han alojado en un hotel son los más capaces de describir la realidad de su estancia y denunciar malas prácticas.