Inaugurado en 2015 y destinado a reflejar la historia y la memoria de la esclavitud, el monumento ACTe está en completo desorden. Según un informe de la cámara de control regional, la exposición permanente del recinto de Pointe-à-Pitre (Guadalupe) estuvo cerrada casi el 40% del tiempo, entre 2019 y 2022. Detrás, los magistrados apuntan a un «problema de gobernanza», con un consejo de administración deficiente, cuentas “falsas” y una gestión financiera que implica “grandes riesgos financieros, litigios y fraudes”. A esto se suman los problemas de gestión de personal, todos ellos vinculados ya que este Memorial no cuenta con ningún consejo económico y social. “La crisis es tanto social como institucional”, continúan.

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A partir de 2021, conflictos personales han obstaculizado el funcionamiento del lugar. El director general fue suspendido, luego despedido y finalmente reincorporado. Desde la crisis sanitaria, 12 y 11 agentes con contrato indefinido han ejercido periódicamente su derecho de desistimiento, lo que pone de relieve la ausencia de un protocolo de seguridad durante el trabajo y de un protocolo sanitario. Debido a la falta de personal suficiente, el monumento tuvo que cerrar en marzo y noviembre de 2021. Posteriormente, en 2022 inició procedimientos de despido que fueron impugnados. Los agentes no volvieron a trabajar, pero siguieron cobrando. «El tribunal calcula los salarios pagados a estos agentes en 605.000 euros, en ausencia de servicio», se lee en el informe, «sin embargo, el Memorial estaría justificado para dejar de pagarlos y obtener el reembolso de los pagos excesivos».

En esta vaguedad, el tribunal denuncia una injerencia de la Región, que ignora “la independencia del establecimiento”. Por ejemplo, el informe señala la organización por parte de la autoridad local de un evento en torno a la Ruta del Ron, sin que se hubiera firmado ningún acuerdo. Con una inversión de 76 millones de euros, el memorial fue concebido para ser un centro de exposiciones y debates, con espacios vinculados a la genealogía y un auditorio con capacidad para 300 personas. En el momento de la inauguración, la región y la ciudad esperaban 300.000 visitantes al año en este gran y espectacular edificio situado sobre una antigua refinería de azúcar. Sin embargo, el establecimiento público habla de 42.887 visitantes durante los primeros nueve meses de 2022. Si la asistencia para el año 2023 fuera mejor, no estaría a la altura de las expectativas iniciales, sobre todo porque no se ha puesto en marcha ningún asesoramiento científico.

«El monumento no responde a las ambiciones de su proyecto inicial de hacer de Guadalupe la capital mundial de la investigación sobre la trata de esclavos y la esclavitud», concluyen los magistrados de la Cámara Regional, que piden una profunda reforma del lugar y de su gobernanza.