El Paris La Défense Arena fue el escenario de dos veladas mágicas. La talentosa cantante pop Pink iluminó el escenario. Sus conciertos, que tuvieron lugar los días 20 y 21 de junio, marcados por una serie de acrobacias aéreas, asombraron al público.

Desde su aparición en el escenario, en el tema Get The Party Started, Pink cautiva al público con su inagotable energía. Vestida con un traje brillante, ella brilla. Su poderosa voz llena la arena, transportando a la audiencia a un universo sonoro fascinante.

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A lo largo de la velada, Pink mantiene una cálida comunicación con su audiencia, utilizando hábilmente el suspenso. Al preparar poco a poco lo que sucederá en el escenario, levanta la emoción de los fans. La cantante dedica la primera parte del espectáculo a sus grandes clásicos, entre ellos Dame una razón o No me dejes, antes de ceder el lugar privilegiado a su nuevo disco, que el público conoce bien.

Uno de los aspectos más destacados del concierto fue la llegada de la hija de la estrella al escenario para interpretar la conmovedora canción Cover Me in Sunshine. La dupla madre-hija conmueve a todos los espectadores.

Como de costumbre, Pink también ofreció una versión de la famosa canción de la cantante Sade, No Ordinary Love. Acompañada por una pareja de bailarinas excepcionales, crea un momento de gracia y dulzura.

El espectáculo terminó a lo grande con la interpretación de So What, una canción que se ha vuelto icónica para Pink. En un espectáculo aéreo espectacular, se elevó en el aire, realizando increíbles acrobacias. Su destreza en el aire se ha convertido en su marca registrada. Pocos artistas pueden competir con su talento y audacia.

Los conciertos de Pink en el Paris La Défense Arena fueron un auténtico tour de force artístico. Su deslumbrante presencia, su habilidad para comunicarse con la audiencia, brindan a la audiencia una experiencia inolvidable.