Por primera vez en su historia, la pista central de Roland-Garros acogerá, además de sus habituales tenistas, un cómico. El stand-upper Fary se presentará allí el 7 de julio con su espectáculo Aime-moi si tu peut, según Le Parisien. Para asistir a esta actuación única, las 15.000 butacas de la pista Philippe-Chatrier están a la venta desde el lunes por la mañana.
Desde su debut en 2012 en el Jamel Comedy Club, el joven de 30 años se ha comprometido a tocar en todo tipo de escenarios. Primero los dedicados al stand-up, como Le Point-Virgule y L’Olympia. Luego otros reservados más para el teatro o los conciertos como Le Trianon, el Théâtre du Châtelet, Bercy, el Dôme de Paris, el Bouffes du Nord y la Salle Pleyel. Una forma de que este nativo de Saint-Maur-des-Fossés (Val-de-Marne) demuestre que el stand-up no es solo un «arte callejero». «Quería mostrar que el stand-up es un arte escénico, una forma de estar solo en el escenario que merece salas bonitas», explica a Le Monde en 2019. Fary aún recuerda las preguntas del público de los comienzos, tras su primera representaciones: «¿Qué tocas, escribes? «. Sin embargo, responde, “en el stand-up todo está trabajado, menos el silencio”.
Su productor de entonces, Jean-Marc Dumontet, lo animó a asumir nuevos desafíos. Tras la representación de su espectáculo Quiéreme si puedes que interpretó en el Dôme de Paris el pasado mes de noviembre, sugiere que luego podría actuar en un «lugar simbólico de París, hermoso, grande, que no lo ha hecho nunca un comediante». e incluso por un cantante.
Será Roland-Garros, “un lugar histórico apegado a la historia del país”. “Para mí representa un lugar un tanto inaccesible, casi una cosa de insider. Quiero poder atraer a una audiencia que, como yo, nunca ha estado aquí y compartir algo icónico con ellos”, testifica en Le Parisien.
Para el espectáculo se colocará un revestimiento especial en la cancha de tierra batida y se instalará un escenario central. Para garantizar la comodidad auditiva en la pista Philippe-Chatrier, donde los sonidos resuenan mucho, los equipos técnicos dispondrán de “pequeños altavoces repartidos por todas partes”. Mismo desafío para las pantallas utilizadas por el humorista, que deberán colocarse en el estadio cuando no esté previsto nada para tal fin. Todo por una noche. “Hay una gran parte de desafío”, se entusiasma el humorista, siempre ansioso, más de diez años después de su debut, por demostrar que sí practica un arte exigente.