La centésima edición de las 24 Horas de Le Mans habrá sido desalentadora, sin precedentes en más de un sentido. En primer lugar por el regreso triunfal de Ferrari a la categoría de los hipercoches, más de medio siglo después de su última victoria en Le Mans. Pero también por el hecho de que Rolex, reloj oficial del evento desde 2001, aprovechó la oportunidad para presentar, un evento poco común, una versión sin precedentes de su legendario cronógrafo, el Oyster Perpetual Cosmograph Daytona. Un reloj de edición no limitada a 50 900 €

“Rolex ha querido celebrar este aniversario simbólico con una versión especial cuyo diseño y movimiento evocan específicamente esta legendaria carrera”, explica la marca de Ginebra. Esta pieza de oro blanco presenta una esfera Panda invertida inspirada en el legendario Paul Newman Daytona, mientras revela su calibre 4132 a través de un fondo de caja de zafiro que se abre. Lo que solo podemos regocijarnos ya que es (demasiado) raro en Rolex. Este nuevo reloj presenta sobre todo un bisel Cerachrom en cerámica negra bordeado por un fino borde también en forma de oro blanco. En la escala taquimétrica, el número «100», coloreado con cerámica roja, recuerda con elegancia y eficacia el centenario de la carrera.

El calibre 4132 de este Oyster Perpetual Cosmograph Daytona le permite visualizar las horas de la función de cronógrafo en formato de 24 horas, en lugar de las doce habituales en el modelo. Esto se hace por medio de un mecanismo patentado adicional, que consta de siete componentes y es comparable a un diferencial revisado por Rolex. Este sistema de reducción, que en términos técnicos se denomina reductor epicíclico, permite reducir a la mitad la velocidad de rotación del tren de engranajes que acciona la manecilla de veinticuatro horas. Este calibre automático 4132 tiene una reserva de marcha de aproximadamente 72 horas