“Llevo todos estos años luchando para demostrar que África es creativa, capaz de crear empleo, luchar contra la pobreza y mantener a los africanos en casa perpetuando sus propios conocimientos”, confió, la semana pasada, el diseñador nigeriano Alphadi a al margen de la rueda de prensa en la Maison de l’Afrique (París, 16), con motivo del 25º aniversario de FIMA, el festival de moda africano del que es fundador. Veinticinco años antes, el hombre apodado “el mago del desierto” abrió las fronteras de Níger, un país afectado durante mucho tiempo por “una feroz rebelión”. Yves Saint Laurent, Christian Lacroix, Paco Rabanne y Kenzo Takada aterrizaron en pleno desierto de Tiguidit, a 80 km de Agadez, para presentar sus colecciones de alta costura ante más de 10.000 invitados de todo el mundo, alojados en tiendas de campaña. … construido por mil mujeres tuareg.
Lea también: Temwa Gondwe: “La moda africana lo tiene todo para convertirse en un importante contribuyente a nuestra economía”
El proyecto tenía un objetivo específico: traer la paz obteniendo el reconocimiento de las principales capitales de la moda. “Nuestra lucha siempre ha sido encontrar financistas europeos y africanos que crean en lo que estamos haciendo. » Francia, Marruecos y Níger financiaron el festival con varios millones de euros. Gracias a la apertura de las fronteras de Níger, Alphadi volvió a hacer posible el turismo y atrajo a las más grandes personalidades a un país invisible.
Inspirándose en la calidez y la sensualidad del África negra, los diseñadores han imaginado creaciones con los matices del continente, lucidas por modelos panafricanas. Los volúmenes, los materiales, las joyas… Cada detalle resaltaba la riqueza de un territorio, como el tejido a mano, el uso de la seda, la cera o incluso el bogolán, un tejido ancestral africano. Lejos de Occidente, la magia de la cultura africana funcionó gracias al ambiente festivo orquestado por Alphadi y las actuaciones musicales de Aïcha Koné, Ami Koita y Boncana Maïga. Para algunos creativos, también fue la oportunidad perfecta para dejarse ver, como para la modelo senegalesa Mame Kewé, convertida en musa de Yves Saint Laurent.
Alphadi, sin embargo, insiste: “¡Tenemos una visión patética de África, aunque esté llena de creatividad! Desde 1998 ha evolucionado mucho bajo la influencia de la nueva generación de diseñadores abiertos al mundo gracias a las redes sociales. Más que nunca, necesitamos que nos comprendan, nos financien y nos amen. » Este aniversario debería haber sido motivo de una edición festiva. Pero otro golpe de Estado que azotó Níger el pasado mes de julio obligó a Alphadi a posponer el evento hasta diciembre de 2024. “En 1998, logramos convocar este espíritu de paz, que una vez más está pudriéndose”, lamenta. Afortunadamente, el contexto no le impedirá abrir dentro de unas semanas la primera escuela de moda de la capital, en Niamey. “Mi país me regaló 300 metros cuadrados de terreno para este proyecto, ESMA (École Supérieure de la mode et des Arts), que reunirá a 70 estudiantes africanos e internacionales. » Un gran paso adelante para el reconocimiento africano.