En el escenario del Conservatorio de Copenhague, Torben Petersen hace un gesto para animar a Sophus, su perro de aguas de ocho años, a dar voz. Ladrar cuando se les ordena al ritmo de una orquesta: tal es la espinosa tarea que cumplieron el domingo por la noche esta plácida bestia y dos acompañantes de la Orquesta de Cámara Danesa durante una actuación única en Copenhague. Elegidos en primavera durante una audición inusual por su talento para ladrar, los tres perros ensayaron concienzudamente con sus amos, nunca escatimando en golosinas, para que su tono coincidiera con la música de la “Sinfonía de caza”.
«La sinfonía consta de tres movimientos y, en la última parte, oiremos comenzar la caza, escucharemos disparos y luego los perros empezarán a ladrar», explicó a la AFP durante un ensayo el director de la orquesta, Andreas Vetö.
Esta sinfonía, una obra poco conocida de Leopold Mozart, el padre de Wolfgang Amadeus, rara vez se interpreta con perros en el escenario, y las orquestas utilizan sonidos grabados para mayor facilidad. Para la orquesta danesa, no se trata de utilizarlo. «Nuestro director Adam Fischer quería interpretar exactamente esta pieza desde hacía varios años para poder integrar este elemento de participación canina», subrayó Vetö, que descubrió la obra en esta ocasión.
En 2014, la Orquesta de Pittsburgh (Estados Unidos) interpretó la sinfónica en concierto con perros en el escenario. Durante el ensayo, los caninos escuchan sin inmutarse los primeros movimientos de la obra antes de presentarse ante la orquesta para participar, guiados por sus maestros. “Si tuviera que estar allí sola, creo que me pondría nerviosa, pero toda la atención está puesta en ella, ella es la estrella”, sonríe Helle Lauvring, la dueña de Cookie, una perra de agua española de cuatro años. “Estoy detrás de ella con todas las delicias”, añade esta comunicadora de 60 años y amante de la música clásica, chasqueando los dedos para hacer que su perro ladre cuando se lo ordena.