Exiliado en Líbano desde su espectacular huida de Japón a finales de 2019, bajo una orden de detención internacional dictada por la justicia francesa el año pasado, Carlos Ghosn contraataca. El ex director ejecutivo de Renault y Nissan ha decidido demandar al fabricante japonés en el Líbano. Su denuncia, presentada el 18 de mayo, fue revelada por Bloomberg. Carlos Ghosn reclama más de mil millones de dólares a la empresa que dirigió durante casi veinte años, estimando sus daños en 588 millones, además de los cuales pide 500 millones en daños.
Los argumentos esgrimidos por Carlos Ghosn en esta ocasión son esencialmente los mismos que ha repetido desde su fuga y la caótica rueda de prensa que celebró en Beirut el 8 de enero de 2020. El exindustrial, hoy hui de 69 años, dice ser víctima de una campaña de difamación y afirma que Nissan utilizó la cuestión de su remuneración como excusa para fabricar los medios «encontrados por los conspiradores para deshacerse de él como presidente del consejo de administración». La denuncia interpuesta por Ghosn desarrolla una larga lista de agravios: asociación de delincuentes en banda organizada, fabricación de pruebas, falso testimonio, invasión de domicilio, robo y ocultamiento de documentos, difamación, denigración… Entre los motivos de esta contra- Ofensivo, Ghosn apunta a la forma en que Nissan había recuperado, en el Líbano, documentos que luego transmitió a la justicia japonesa.
En Japón, Carlos Ghosn fue procesado por ocultar su remuneración -parte que le valió a su ex mano derecha, el estadounidense Greg Kelly detenido al mismo tiempo que él- ser juzgado el año pasado y pagar una sentencia leve. Por su parte, la justicia francesa trata en particular de esclarecer las relaciones del exdirector general con el grupo omaní SBA, distribuidor de Renault y Nissan en Oriente Medio del que Ghosn admitió durante una audiencia, según Liberation, que se había beneficiado. de su fundador por un préstamo que nunca pagó, y honorarios de consultoría que nunca había hecho públicos.
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Carlos Ghosn está demandando no solo a Nissan, sino también a una decena de personas que participaron en las investigaciones internas llevadas a cabo dentro del fabricante y en secreto a lo largo de 2018 y que llevaron a su arresto el 19 de noviembre de ese año. Están preocupados el ex jefe de relaciones públicas Hitoshi Kawaguchi o los directores Masakazu Toyoda y Motoo Nagai. Pero también los dos ejecutivos de Nissan que llegaron a un acuerdo con la justicia japonesa a cambio de su información: Toshiaki Onuma, el exjefe de la «Oficina del CEO», y Hari Nada, el abogado que jugó un papel central en este caso y que continúa hoy para ocupar una posición clave en la dirección de Nissan, en particular en el desarrollo de su estrategia frente a Renault. Los dos grupos, así como Mitsubishi, anunciaron a principios de febrero una revisión de su Alianza que supone, entre otros, la reducción del 43% al 15% de la participación de Renault en el capital del grupo japonés. Sin embargo, el proyecto aún no ha sido firmado definitivamente.
La denuncia presentada por Carlos Ghosn se produce en momentos en que Nissan continúa sufriendo las repercusiones del impacto de su arresto. El fabricante ha anunciado la marcha de su número dos Ashwani Gupta y se prepara para renovar parcialmente su junta directiva, de la que saldrá Masakazu Toyoda.