A Édouard Philippe le encanta el cine y sus célebres frases. Invitado el martes al mediodía por los empresarios del movimiento Ética presidido por Sophie de Menthon, el ex primer ministro no dudó en pedir a los Tontons Flingueurs que respondieran a una pregunta sobre el déficit, que aumenta desde niveles históricos. “Nos estamos preparando para crisis nerviosas”, respondió el alcalde de Le Havre, favorito en las encuestas para las próximas elecciones presidenciales. Y agregó: “No tengo problema en decir que terminará mal”.
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De enero a agosto de 2023, el déficit estatal alcanzó un récord histórico de 187.930 millones de euros, o 9.900 millones de euros más que el pico anterior de 2020 en plena crisis del Covid. Durante la presentación del presupuesto la semana pasada, el gobierno planteó el objetivo de reducir el déficit público (Estado, colectividades locales y administraciones de seguridad social) del 4,9% del PIB este año al 4,4% en 2024. Una cifra “un poco optimista”. ” a ojos del Consejo Superior de Finanzas Públicas y que preocupa a los empresarios. Sobre todo porque la deuda ha superado los 3 billones de euros y la carga de la deuda podría convertirse en la principal partida de gasto del Estado, por delante de la educación nacional. “Pero cuando se elimina el gasto, hay más gente en contra que detrás”, subrayó con cierta ironía Édouard Philippe, recordando que “la mayor parte del gasto público son las pensiones y la salud”. Y el ex primer ministro observó que si bien el gasto en salud está aumentando en todos los países de la OCDE, “ha pasado de menos del 1% del PIB a principios del siglo XX al 11% o 12% del PIB actual”.
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Cuando los empresarios le preguntaron qué es lo que necesita Francia, el ex primer ministro lamenta “la ausencia de una estrategia a largo plazo” y la ausencia de “un proyecto político compartido”. Pero hay que añadir inmediatamente que los alcaldes tienen un papel que desempeñar. “Este pensamiento estratégico de futuro se encuentra más en las comunidades locales que en el Estado. Un alcalde puede pensar en su ciudad dentro de 30 años”, explica el alcalde de Le Havre. Y para evocar la figura hugoliana de Jean Valjean, transformado en Monsieur Madeleine, alcalde y capitán de industria que trae prosperidad a la ciudad de Montreuil-sur-Mer y a sus habitantes.
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En la larga lista de peligros que aguardan a Francia, Édouard Philippe considera que el más preocupante es “el relativo empobrecimiento de las clases medias”, estimando que “ninguna nación democrática puede resistirlo”. A pesar de un discurso franco – «es una locura», repite varias veces sobre la inflación de las normas o de las leyes, por ejemplo -, Édouard Philippe dejó a los empresarios con ganas de más, a falta de propuestas concretas. Quizás aún no haya llegado el momento. Sin embargo, muchos de ellos acudieron a escucharlo a los salones del Círculo Interallié, “más de 250, superando el récord anterior de Nicolas Sarkozy”, subraya Sophie de Menthon. Mientras que el ex Primer Ministro publica un libro «Des place qui dit», en el que evoca los lugares que fundaron su relación con el mundo, la palabra empresa nunca aparece allí, lamentó el jefe de Ethic. Todo un símbolo.