La saga de la ruidosa renacionalización de EDF continúa el jueves ante el Tribunal de Apelación de París, que examina el recurso de los pequeños accionistas que impugnan la conformidad de la oferta pública de adquisición lanzada por el Estado, después de meses de batalla para descarrilar una operación considerada injusta. Estos pequeños accionistas rebeldes están impugnando la decisión de cumplimiento emitida por la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) en noviembre, que dio luz verde al Estado para lanzar esta oferta pública de adquisición.
La opa completa, anunciada el pasado mes de julio y con un coste de 9.700 millones de euros, es estratégica para el accionista estatal, que ya poseía el 84% de su buque insignia nacional antes de la opa. Su objetivo: liberar a EDF de la bolsa de valores para permitir al ejecutivo relanzar más fácilmente la energía nuclear en Francia, un proyecto sensible que prevé la construcción de 6 a 14 nuevos reactores en las próximas décadas. La primera ministra Élisabeth Borne anunció este proceso en su discurso de política general en julio, y el gobierno quería completar todo para fines de octubre. Pero los pequeños accionistas han multiplicado los frentes legales para frenar la operación.
En el meollo del culebrón jurídico y bursátil se encuentra el precio de 12 euros por acción al que el Estado ha decidido recomprar a los accionistas las acciones que le faltan para controlar totalmente al electricista. Un precio considerado demasiado bajo: los solicitantes reclaman un mínimo de 15 euros. En la apertura de la capital en 2005, la acción se vendió por 32 euros, con un 20% de descuento para empleados a 25,60 euros.
Varios accionistas aceptaron el precio propuesto por el Estado, y el 8 de febrero, este último poseía «al cierre provisional de la oferta» el 95,82% del capital y el 96,53% de los derechos de voto. Bercy saludó un «éxito» incluso si se comprometiera a no completar la operación antes del fin de la justicia. Todo está ahora en manos de la Corte de Apelaciones, que debe decidir a más tardar el 2 de mayo, con esta audiencia programada para el jueves.
Los accionistas empleados y jubilados de EDF estarán representados por su líder, Martine Faure, presidenta del fondo accionario de los empleados del grupo, para este llamamiento, en el que también participan la asociación Énergie en actions y ADAM, una asociación de defensa de los accionistas minoritarios. “Estamos ante un adversario poderoso, tener al Estado en tu contra no es fácil”, resume en la víspera de la reunión Colette Neuville, presidenta de ADAM, que lucha desde hace 30 años por los derechos de los accionistas minoritarios. “Para atacar el cumplimiento hay que demostrar que no se ha seguido la normativa en todos los aspectos”. Por ejemplo, «no haber aportado todos los documentos que enumera la normativa o (…) no haber motivado suficientemente la decisión de cumplimiento», explica el letrado, que tiene previsto declarar.
Si la sentencia judicial confirma la conformidad de la oferta pública de adquisición, el Estado podrá renacionalizar EDF obligando a los restantes accionistas minoritarios a vender sus acciones, al precio de 12 euros.