¿Cuántos franceses conocían la existencia del CVAE hace unos días? Probablemente no haya mucha gente fuera de los líderes empresariales que tenga que pagar por ello. Sin embargo, el anuncio del aplazamiento de su supresión, inicialmente prevista para 2024, para una fecha posterior, molestó un poco a los empresarios que, como era de esperar, aprovecharon sus «universidades de verano», iniciadas el lunes 28 de agosto, para volver sobre el tema y desafiar al ejecutivo. Lo que es más sorprendente, el tema casi ha pasado a un segundo plano, a pesar de su actualidad, detrás de otro punto conflictivo menos esperado: la gestión de los excedentes de Unedic.
Esta organización, que supervisa el seguro de desempleo y está gestionada por los interlocutores sociales, sigue actualmente una trayectoria presupuestaria extremadamente positiva. Después de un déficit récord durante la crisis de Covid, la estructura debería mostrar un superávit de 4.300 millones de euros en 2022 y prever un superávit de 4.400 millones de euros en 2023, 5,4 en 2024 y 8,7 en 2025. En busca de ahorros, el Estado se apresuró a Estos beneficios servirán para financiar parte de la reforma del operador de apoyo a los desempleados, Pôle emploi, que se convertirá en France travail en 2024.
Por decreto, la Unedic aporta el 11% de su presupuesto y el tipo debería aumentar al 12 o 13% según la carta marco enviada por el Gobierno a los interlocutores sociales. Suficiente para reducir los ingresos en “2 mil millones de euros en 2023, luego mientras dure el acuerdo: entre -2,5 y -2,7 mil millones en 2024, entre -3 y -3,2 mil millones en 2025, entre -3,5 y -4 mil millones en 2026”, anuncia el documento.
Un esfuerzo que la Primera Ministra, Élisabeth Borne, volvió a justificar «encontrar a los empresarios de Francia 2023» ante los dirigentes empresariales explicando que este superávit se debía a las reformas del seguro de desempleo llevadas a cabo por el gobierno, más que gracias a la gestión de los interlocutores sociales. Y que, además, este coste debe verse como una inversión que permitirá mejorar aún más la situación del mercado laboral y, por tanto, supondrá un aumento de los ingresos de la Unedic y una reducción de los gastos.
Inevitablemente, la interpretación de los empleadores es muy diferente. Patrick Martin, el nuevo presidente del Medef, no dudó en cuestionar la eficacia futura de la reforma, que muchos temen que sea un paso más en el milhojas administrativo francés. «Consideremos que estos excedentes son el resultado de la creación de empleo y de los aumentos salariales (realizados) por nuestras empresas: dedicarlos entre 11 y 12 mil millones de euros a políticas públicas sería anormal», se indignó el jefe de los empresarios. Y afirmar: “Una parte de estos excedentes debería dedicarse a una reducción de nuestras cotizaciones al desempleo y no a un aumento de la financiación de France Travail, una organización que nos costaría más tramitar menos expedientes”. Además de posibles reducciones en las cotizaciones por desempleo, el Medef preferiría que este dinero se utilizara para pagar la deuda de la Unédic, que ascendía a 60 mil millones a finales de 2022.