Las cuentas corrientes de las empresas francesas y no financieras se están vaciando lenta pero seguramente en favor de inversiones más controladas. Desde principios de año y hasta finales de julio, los hogares y las empresas no financieras han retirado cerca de 160 mil millones de euros -en flujos acumulados- de sus depósitos a la vista, es decir, de sus cuentas bancarias tradicionales, según datos del Banque de Francia.

En detalle, entre junio y julio los depósitos a la vista cayeron 20.200 millones de euros, hasta situarse en 1.355 millones de euros. ¿Pero a dónde va este dinero? Para Philippe Crevel, director del Círculo de la Épargne, «una parte de los depósitos a la vista de los hogares se destina al consumo». Otra parte también beneficia a los “depósitos a plazo”. “Si tienen la posibilidad, los hogares prefieren no dejar que su dinero duerma en su cuenta corriente. Son racionales. El fenómeno observado es, en realidad, un conjunto de vasos comunicantes con otros productos”, explica el Banco de Francia a Le Figaro. Las cuentas a corto plazo, con menos de dos años de antigüedad, registraron así un aumento de 11,8 mil millones de euros en julio, además de los 10,2 mil millones del mes de junio, subraya la institución.

En cuanto a las empresas no financieras, “también –y aún más reactivamente que los hogares– han arbitrado los depósitos a la vista hacia inversiones remuneradas. La diferencia es que no tienen acceso a ahorros regulados, señala el Banque de France, sino que han transferido masivamente su efectivo a cuentas a plazo y a organismos de inversión colectiva.

Los folletos regulados también son populares entre los ahorradores, como el Livret A o el Livret de développement durable et solidaire (LDDS), como anunció la Caisse des dépôts (CDC) la semana pasada. La diferencia entre depósitos y retiradas (entradas netas) el mes pasado de estos dos productos de ahorro regulados emblemáticos ascendió a 3.130 millones de euros, un récord para un mes de julio, hasta alcanzar un total pendiente de 547.400 millones de euros, algo inaudito también aquí. Esta vez fue el LDDS el que impulsó el aumento de las entradas netas, registrando un mes de julio récord (970 millones de euros).

La Libreta de Ahorro Popular (LEP) también está funcionando bien: si bien estaba en declive antes de que su tasa de rendimiento alcanzara el 6%, ha visto aumentar su recaudación en los últimos meses. Así, el número de LEP cayó de 8,2 millones a 9,6 millones entre noviembre de 2022 y marzo pasado, según la Banque de France. Por lo tanto, los franceses están lejos de “desahorrar”, asegura Philippe Crevel, e “incluso de acumular un gatito”, mientras la inflación ha derretido parte de sus ahorros desde la guerra en Ucrania.