El Parlamento Europeo y los estados miembros de la UE anunciaron el martes un acuerdo para prohibir la destrucción de ropa nueva no vendida y fortalecer el diseño ecológico de muchos bienes de consumo para que sean más fáciles de reparar y reciclar. La nueva legislación, propuesta por la Comisión Europea en marzo de 2022, establece nuevos requisitos en el diseño de productos para limitar su impacto en el medio ambiente, hacerlos más fiables, reutilizables y reparables, pero también más fáciles de reciclar y más eficientes en términos de recursos consumidos.

Entre las medidas concretas, ahora se prohibirá la destrucción de ropa y zapatos no vendidos. La medida entrará en vigor dos años después de la entrada en vigor de la ley. Se concede un plazo de seis años a las medianas empresas, mientras que las pequeñas quedarán exentas. La Comisión tendrá competencia para ampliar esta prohibición a otras categorías de productos.

Además, las grandes empresas tendrán que revelar cada año el volumen de productos desechados y dar explicaciones que justifiquen esta práctica, con la esperanza de animarlas a abandonarla. En cuanto al diseño ecológico, la Comisión definirá requisitos específicos para determinados bienes de consumo con el fin de fomentar la economía circular. Aclaró el martes que daría prioridad a los productos de «alto impacto», en particular textiles, muebles (incluidos colchones), hierro y acero, aluminio, neumáticos y productos electrónicos. Los vehículos de motor quedan excluidos de la nueva legislación porque ya están cubiertos por normas específicas.

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El texto también introduce para la ropa, así como para una amplia gama de productos de consumo, un “pasaporte digital” en forma de código QR, que contiene información que permitirá a los consumidores y a las empresas conocer el impacto de sus compras en el medio ambiente e informar así. sus elecciones. También proporcionará información sobre la trazabilidad y los materiales utilizados que facilitará la reparación y el reciclaje.

«Es hora de poner fin al modelo de extraer, fabricar y tirar, que es tan perjudicial para nuestro planeta, nuestra salud y nuestra economía», comentó la eurodiputada socialdemócrata Alessandra Moretti, ponente del texto. «Los nuevos productos se diseñarán de manera que beneficie a todos, respete nuestro planeta y proteja el medio ambiente», dijo. Los empresarios europeos acogieron con satisfacción el acuerdo alcanzado el martes, aunque temen nuevas restricciones administrativas. «El reglamento sobre diseño ecológico tiene el potencial de crear un mercado fuerte para los productos circulares y acelerar la transición», celebró Markus Beyrer, director general de BusinessEurope, pero expresó su preocupación porque «las exigencias de información son inalcanzables y sobrecargan a las empresas». El texto, negociado durante varios meses por los colegisladores de la UE, todavía tendrá que ser aprobado formalmente por los eurodiputados en sesión plenaria y por los Estados miembros.