Utensilios de cocina de verdad. En los últimos días, las cacerolas, también llamadas «dispositivo de sonido portátil» por la prefectura de Hérault, se han convertido en instrumentos de protesta. Al igual que Emmanuel Macron, François Braun o incluso Elisabeth Borne, Roland Lescure, el ministro encargado de Industria, también fue invitado a un concierto de opositores a la reforma de las pensiones durante su viaje a Tricastin. Pero mientras el jefe de Estado abordó a los músicos que protestaban declarando que «no son las cacerolas las que harán avanzar a Francia», Roland Lescure se pone del lado del fabricante de utensilios de cocina Cristel. De hecho, la marca había declarado en Twitter: «hacemos sartenes que hacen avanzar a Francia».

El domingo 23 de abril, en el plató de France 3, el Ministro de Industria se pronunció a favor de una revitalización de la producción de cacerolas en territorio francés. “Francia produce cada vez más cacerolas, pero no las suficientes”, lamentó Roland Lescure, remontándose a la declaración de la marca Cristel. Y las cacerolas francesas, aunque hoy solo representan el 20% de las ventas nacionales, tienen todas las bazas para seducir. “Para los que las usan para darnos la bienvenida”, las “43 millones de estufas Tefal que salen cada año” de la fábrica de Seb en Rumilly (Alta Saboya) tienen la ventaja de ser “más sólidas”. “Son un poco más caras, pero más sólidas”, y por tanto resisten mejor a los golpes de cuchara.

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Con estas contundentes respuestas, Roland Lescure hace campaña a favor del Made in France. “En Sainte-Agathe, en el Loira, tejemos suéteres que se venden en Auchan. Suéteres bien vendidos porque son más fuertes, más duraderos y más ecológicos. La cacerola es lo mismo”, resumió el ministro. Para él, “la calidad del Made in France es reconocida, incluso en los objetos cotidianos, pero hay que ir mucho más allá”. El Ministro de Industria, por ejemplo, espera pasar de 800.000 a 2 millones de bicicletas producidas cada año en Francia. “Estamos en proceso de reubicación masiva. En dos años se han abierto doscientas fábricas más en Francia”, saludó Roland Lescure, esperando que esta nota positiva llegue a oídos de los manifestantes.