¿Qué tienen en común Kiabi, Intersport, Monoprix y Decathlon? Encuentran que sus rentas son cada vez más altas, hasta el punto de que están debilitando peligrosamente su modelo económico. De hecho, los alquileres minoristas están parcialmente indexados a la inflación. El índice de rentas comerciales, que sirve de base para su revalorización, se disparó un 6,29% anual en el cuarto trimestre de 2022.
Para los hogares y las VSE-PYME, el gobierno limitó este aumento al 3,5% el año pasado. Esta medida está por renovarse: fue prorrogada hasta inicios del año 2024 la semana pasada en la Asamblea Nacional. Se examina desde este lunes en la Comisión de Asuntos Económicos del Senado.
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Pero las marcas lamentan que todavía no les preocupe este sistema. “La ministra de Comercio, Olivia Grégoire, cree que las grandes marcas pueden negociar sin receta con sus donantes. Pero hasta ahora, estas negociaciones no han dado resultado, lamenta Emmanuel Le Roch, delegado general de Procos, una de las principales federaciones de signos. Menos del 10% de los propietarios acordaron ajustar sus rentas. Aumento del 12% al 13% en dos años mientras nuestros volúmenes de ventas están disminuyendo, es insoportable. Miles de tiendas no podrán manejarlo».
Ante la urgencia de la situación, 150 marcas (Petit Bateau, Action, Maisons du Monde, Jacadi, Decathlon, Chaussea, Monoprix, Fnac Darty, Quick, etc.) firmaron este lunes una carta abierta dirigida a los parlamentarios, pidiéndoles que amplíen limitar los alquileres para todas las empresas, independientemente de su tamaño. “En nuestras empresas, los alquileres y los gastos de propiedad representan el primer y segundo gasto de nuestros negocios, y esta situación se agrava. Este incremento está totalmente desvinculado de la realidad actual de nuestras actividades”, señalan los responsables de estas marcas.
Señalan que las cadenas enfrentan un fuerte aumento en sus costos, mientras que su volumen de ventas está en declive. Al igual que otras empresas, se ven afectadas por la subida de los precios de la energía y de los salarios, en un momento en el que necesitarían invertir para hacer frente a nuevas obligaciones medioambientales (instalación de paneles solares en cubiertas, rehabilitación energética de edificios…). Incluso de tamaño sustancial, las marcas están sufriendo esta situación. Go Sport, La Grande Récré, Camaïeu, San Marina, André o Kookaï se han declarado en quiebra recientemente. Liquidada, Camaïeu cerró todas sus tiendas. Si hay una recuperación, a menudo resulta en el cierre de ciertos puntos de venta.
Los firmantes destacan a los diputados el impacto social de estos cierres. “Las autoridades públicas a nivel nacional y local están invirtiendo varios miles de millones de euros en la revitalización de los centros de ciudades medianas. Para que estas inversiones no se queden en nada, es urgente actuar para que la explosión de las rentas no acelere más la desertificación comercial de nuestro país”, subrayan.