¿Es el mercado de segunda mano algo de qué preocuparse? Camif Location, una oferta online de muebles para niños lanzada en abril, generó 20.000 visitas al sitio web de la empresa de muebles y el 75% de sus clientes dicen estar listos para probarlo. La sencillez es su consigna: el servicio incluye entrega, montaje y recogida de mobiliario.
El precio mensual oscila entre los 29 euros de la ropa de cama para bebés y los 69 euros de la habitación infantil, o de 348 a 828 euros al año. La oferta es ventajosa siempre que se deshaga de los muebles al menos dos o tres años después, estima la empresa. Si la suscripción al servicio implica un compromiso de un año, los inquilinos durante al menos 26 meses podrán devolver o comprar estos muebles, por el 5% de su valor inicial.
Frente a las plataformas de reventa online en las que acuden todo tipo de muebles, este servicio plantea algunas dudas sobre su valor añadido real. “Apostamos por que se trate de muebles nuevos y fabricados en Francia”, defiende Emery Jacquillat, director general de la empresa.
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Porque las emisiones de gases de efecto invernadero de una cama infantil de alquiler, utilizada sucesivamente por cuatro familias durante veinte años, con reformas entre cada una, representan 55,4 kilos de CO2 equivalente por hogar, o un 40% menos sólo en venta. La misma cama fabricada en China contaminaría cuatro veces más por niño.
Esta iniciativa «experimental» aún no es «el éxito del siglo» pero Camif se dirige a 300 clientes. Esta apuesta, posible en particular “gracias a nuestra adquisición por parte de MAIF en 2021”, explica su director general, se basa en un modelo económico que adolece de fuertes limitaciones logísticas. En última instancia, Camif espera poder encontrar una estrategia económicamente viable.
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