Después de semanas de angustia, Julie Chiriaeff y Jonathan Rigaut finalmente encontraron el sueño. Hace dos años y medio, la joven pareja abrió una panadería en el pueblo de Jonchery-sur-Vesle, a unos veinte kilómetros de Reims. A pesar de que el negocio va bien, Julie y Jonathan estuvieron a punto de cerrar sus puertas para siempre. La explosión de los precios de la electricidad casi les ganó.
El 15 de marzo, Julie recibe una carta de su antiguo proveedor de electricidad, TotalEnergies. Se trata de una factura de más de 25.000 euros de los meses de octubre, noviembre y diciembre. La corriente en la panadería les costaba 1800 euros al mes en tiempos normales. “No pudimos pagar tal suma. Nos vimos en la calle”, cuenta a Le Figaro Julie Chiriaeff. Los dos comerciantes deciden pelear, y el silencio de TotalEnergies no los desarmará.
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Julie y Jonathan se ponen en contacto con los funcionarios electos locales y tratan de recaudar fondos en un gatito en línea. El éxito es inesperado. La movilización acaba rebasando las fronteras del departamento de Marne. La prensa nacional se apoderó de ello y, el 20 de abril, TotalEnergies acabó rebajando el importe de la factura en 18.000 euros. «Cuando recibí la llamada de TotalEnergies para informarme el jueves pasado, no podía creerlo», dice Le Figaro Julie Chiriaeff, quien luego se apresuró a verificar su área de clientes. «Vi la nueva cantidad escrita en blanco y negro y pensé que estábamos salvados», agrega.
Los 2.150 euros recaudados de clientes e internautas -algunos de los cuales son totalmente desconocidos- se destinarán al pago de esta factura, rebajados a un nivel razonable. «Es una ayuda bienvenida en el período», dice Julie Chiriaeff. Porque al aumento de los precios de la electricidad se le suma el aumento de los precios de las materias primas y el aumento de los salarios de los empleados. “No tenemos más efectivo. Ya no podemos arrasar con las subidas de precios entre proveedores y consumidores”, dice la joven, que lamentablemente tuvo que despedir a su pastelero.