La plataforma de reparto de comidas Just Eat se dispone a despedir a 117 repartidores que empleaba en París, poniendo fin a su ambición de emplear repartidores en Francia.
En contra de la tendencia de sus principales competidores Uber Eats y Deliveroo, que utilizan exclusivamente trabajadores independientes, Just Eat lanzó su propio servicio de entrega a principios de 2021, utilizando empleados permanentes. A estos repartidores se les pagaba por hora y no por viaje, lo que les daba un ingreso garantizado. Una revolución en un sector que periódicamente aparece en los titulares por la precariedad de sus trabajadores.
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Just Eat había contratado a varios miles de repartidores. Se les agradeció uno tras otro. El centenar de ellos que todavía trabajaban en París serán despedidos en septiembre, con la liquidación de Scoober, una filial de Just Eat France que gestionaba sus actividades de reparto. «Just Eat pone fin al empleo asalariado de los mensajeros, pero sigue operando en Francia», insiste un portavoz, precisando que Scoober sólo está operativo en París. La mayoría de los pedidos realizados en la plataforma (que enumera 10.000 direcciones) son entregados por los propios restauradores y, en menor medida, por la nueva empresa Stuart.
“En la mayoría de los países de Europa continental operamos principalmente según un modelo de empleados”, recuerda Just Eat France, que pertenece al grupo angloholandés Just Eat Takeaway, un gigante mundial del reparto de comidas a domicilio. Sin embargo, el mercado francés es abiertamente favorable a un modelo independiente y, sin condiciones de competencia justa, no podemos explotar Scoober a gran escala en París.