Guerra en Ucrania, inflación, escasez varias… El año 2022 no habrá ahorrado nada para la economía francesa. Todos estos choques, sin embargo, parecen haberse deslizado por el mercado laboral sin tocarlo nunca. Este último sí ha mostrado una forma insolente en los últimos doce meses, confirma “la fotografía del mercado laboral en 2022” publicada este martes por el INSEE. Con el 68,1% de las personas de 15 a 64 años ocupadas, según define la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), el país vive su nivel más alto desde que el organismo estadístico comenzó a medirlo en 1975.
Una sanidad insolente que se traduce mecánicamente en el descenso de la tasa de paro. Se sitúa en un 7,3% de media en el año 2022, tres puntos menos que en 2015. Más llamativo es que esta buena dinámica también se refleja en el «halo» en torno al paro (corresponde a personas disponibles para trabajar pero que no dan ningún paso real para encontrar un trabajo), que desciende 0,2 puntos respecto a 2021, hasta el 4,4% entre los 15-64 años.
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La proporción de personas en situación de desempleo parcial está retrocediendo y volviendo a su nivel de 2019. La disminución del trabajo a tiempo parcial también está aumentando, beneficiando “principalmente a las mujeres”, señala el INSEE. Todo esto lleva a una fuerte caída del subempleo en el año
Los jóvenes se encuentran entre los principales beneficiarios de esta mejora: su tasa de empleo ha aumentado 2,6 puntos en el último año después de haber saltado 3,4 puntos en 2021. Ahora alcanza casi el 35%, su nivel más alto desde 1990. Los jóvenes se benefician en en particular de los programas de estudio y trabajo y pasantías que “contribuyen a la mitad del aumento en 2022”, según el INSEE. Esta tendencia debería continuar durante algunos años más, aunque a un ritmo más lento. El gobierno todavía apunta al hito de un millón de contratos de aprendizaje firmados antes de que finalice el período de cinco años. Con 837.000 firmas en 2022 (un 38% más que en 2021), el objetivo debería cumplirse fácilmente.
Al contrario de lo que en ocasiones se ha anunciado, ni el Covid-19 y los confinamientos, ni la caída de la tasa de paro han desviado a los franceses del trabajo asalariado en favor de carreras como emprendedor o como «nómada digital» (persona que no no tiene lugar fijo de trabajo y viaja regularmente).
Los trabajadores continuaron apoyando a esta organización, incluyendo entre los perfiles más buscados, a saber, los ejecutivos menores de 35 años, indica la Asociación para el Empleo de Ejecutivos (Apec) en un nuevo estudio publicado este jueves. Un 65% de este público dice estar “muy apegado al mundo laboral”. Explican este apego por «protección, conciliación de la vida personal y laboral, socialización y oportunidades de desarrollo profesional», subraya Marion Desreumaux, directora de proyectos del centro de estudios de la organización.
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No obstante, la evolución del equilibrio de poder ha sido bien integrada por estos perfiles particularmente atractivos. Asimismo, estos jóvenes ejecutivos no dudan, dentro de su empresa, en insistir en los límites del sistema salarial, visto como “demasiado jerárquico, demasiado administrativo y demasiado rutinario”, subraya el experto de la Apec.