¿Están regresando los cárteles? Este es el sentimiento de los responsables de compras de las grandes empresas. Un 56% de ellos cree que se enfrenta a situaciones de acuerdos ilícitos, o cárteles, entre sus proveedores de la misma familia compradora. Ésta es una de las principales lecciones del estudio realizado por la consultora AgileBuyer y el Consejo Nacional de Compras (CNA), que reúne a los gerentes de compras de las empresas.
Un cártel ilícito se define jurídicamente como la asociación de varias empresas mediante una decisión, un acuerdo o cualquier otra práctica concertada destinada a distorsionar el libre juego de la competencia en un mercado. «Los acuerdos provocan un fuerte aumento de los precios de compra, así como una competencia desleal en la gestión del panel de proveedores», explica Olivier Wajnsztok, director asociado de AgileBuyer.
En los últimos años, los tribunales han condenado varias veces a los cárteles. En septiembre de 2023, seis empresas fueron sancionadas por la Autoridad de Competencia por acuerdos ilegales en el ámbito nuclear. Se les condenó a pagar una multa total de más de 31 millones de euros. Varios sectores agroalimentarios también han sido sancionados por haber pactado subidas de precios.
En diciembre de 2019, la Autoridad de Competencia impuso una multa de 58,3 millones de euros a seis empresas productoras de compotas. En julio de 2020, doce fabricantes de embutidos fueron sancionados con una multa de 93 millones por acordar el precio del jamón entre 2010 y 2013. Algunos acuerdos, por tanto, son atrapados por los tribunales. «La complejidad de una situación de cártel es que es difícil de establecer y, por tanto, de contrarrestar», subraya Olivier Wajnsztok. Es un veneno silencioso”.
El interés mostrado por los directores de compras en los cárteles muestra, sin embargo, que la situación general se ha estabilizado un poco después de varios años de crisis (Covid, guerra en Ucrania, inflación, etc.) que afectaron a las cadenas de suministro. Como prueba de ello, la reducción de costes volverá a ser una prioridad en 2024 para el 77% de los departamentos de compras encuestados, como lo era hace unos años. Sin embargo, las lecciones heredadas de las crisis siguen siendo relevantes, particularmente relacionadas con los riesgos geopolíticos.
«El 51% de las empresas quieren reducir su dependencia de China», precisa Olivier Wajnsztok. Lo cual no significa que pretendan salirse completamente de esto”. Asimismo, el 45% de los departamentos de compras prevé deslocalizarse en 2024, un aumento de ocho puntos respecto a 2023.
Esta intención no llega a reforzar aún más el deseo de optar por el “made in France”. Por lo tanto, el interés en los proveedores que fabrican en Francia cae del 65% en 2023 a solo el 47% este año. “El interés por el made in France se está debilitando respecto a años anteriores, debido a las dificultades de suministro, señala Olivier Wajnsztok. Sin embargo, hoy son mucho menos fuertes”.