Todavía hay tiempo para admirar los cerezos en flor. No es necesario volar a Japón. Para los parisinos, un pequeño paseo complementado si es necesario con algunas estaciones de metro o unas vueltas de rueda de una bicicleta es suficiente para experimentar un poco de vértigo japonés. La capital ofrece en efecto lugares de cuasi-expatriación donde se pueden contemplar las flores de los cerezos, un poco como en el otro lado del mundo, donde los meses de marzo y abril marcan el inicio del «hanami», tradición que consiste en maravíllate con las nuevas flores de los «sakura» (cerezos) y celebra la llegada de la primavera organizando picnics en familia o con amigos. Allí se presta la mayor atención a la progresión del frente de floración, una suave ola de vegetación que parte de Okinawa en el sur y sube hasta Hokkaido en el espacio de un mes. El archipiélago se sumerge entonces bajo un manto tan delicado como efímero, propicio para la poesía y el consumo de sake. Se dice que cada especie de flor de Sakura tiene su propio tono de rosa, desde un rosa muy rojo hasta un blanco muy pálido.

El mapa de París de arriba está salpicado de múltiples puntos de colores. Sus ubicaciones indican los cerezos plantados en la capital, así como sus áreas de concentración. Lugares para paseos, los parques ofrecen hermosos ejemplares. En el Jardin des Plantes, el Prunus Group Sato-zakura “Shirotae” te deja admirar su hábito extendido como un abanico con ramas horizontales y arqueadas. En los Jardines de las Tullerías, al pie de la plaza Notre-Dame Jean-XXIII, en el Campo de Marte, en el patio del Petit Palais, en el Père-Lachaise, en la plaza Marie-Trintignant del Marais… flores de colores delicados son desenterrado para quien sabe holgazanear. Sin duda, puede ir directamente al parque Martin-Luther-King en el distrito de Batignolles, cuyo desarrollo se completó en 2020. Allí se han plantado más de 200 cerezos, dibujando un túnel floral sobre los pasillos. Los «instagramers» lo saben… Todavía al norte de la capital, más de un centenar levantan sus coronas en el polideportivo Jules Ladoumègue, refrescando el borde de la carretera de circunvalación. Por otro lado, 5 kilómetros al sur, el Parc de Sceaux concentra una de las flores más bellas de Île-de-France. En el bosque del norte, los 144 cerezos japoneses están cubiertos de flores dobles en un verdadero país de las maravillas.

Otros espacios están un poco menos provistos, hay unos cincuenta en el parque André Citroën en el distrito 15, así como en el parque Suzanne Lenglen que bordea Issy-les-Moulineaux.

También se puede optar por un paseo aleatorio por las calles, favoreciendo los distritos con mayor densidad de cerezos. Luego opta por el 13 y el 15, luego el 17 y el 19. Evite el centro de París. Serían sólo seis ejemplares aislados en el 1º y menos de diez en el 2º y 3º.

Si alguna vez los árboles que barrerán tu camino ya habían perdido sus flores, con un poco de paciencia se abrirá otra misión mucho más fácil que comenzará en septiembre, la de momijigari (la caza de hojas rojas) que consiste en observar el cambio caer color de la hoja…