En Wintzenheim (Alto Rin)

Tras la emoción y conmoción suscitada por la muerte de once personas -diez adultos con discapacidad psíquica leve y un acompañante- el miércoles por la mañana, en el incendio de un alojamiento en Wintzenheim, cerca de Colmar (Alto Rin), lugar de preguntas sobre la causas del drama. Además del origen del fuego, otro tema acaparaba a los investigadores: este viejo granero de 500 metros cuadrados, con paredes entramadas, ¿estaba a la altura? ¿Cumplió con todas las condiciones para recibir al público? La respuesta es no.

“El alojamiento que se quemó no era objeto de ninguna autorización para la actividad (que el propietario) desarrollaba allí, ni había sido objeto de permisos de trabajo para poder alojar a personas con discapacidad”, explicó la tarde del jueves el teniente de alcalde de la pequeña ciudad de Haut-Rhin, Daniel Leroy.

“Ninguna comisión de seguridad había visitado las instalaciones y no había podido dar una opinión (…) el alojamiento no estaba a la altura de los establecimientos que reciben al público”, había indicado la vicefiscal de la República de Colmar Nathalie Kielwasser. día. Según el magistrado, «esto no explica en modo alguno el incendio, pero podría resultar ser un elemento clave del caso».

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Si ninguna comisión ha visitado el local es, como apunta Daniel Leroy, porque “el propietario de la casa rural nunca ha presentado una licencia de obra”, imprescindible sin embargo para transformar un granero en vivienda. Además en dos alojamientos, acogedores para el público. El único permiso presentado para este edificio se refería a las fachadas exteriores, mientras que las formalidades se habían respetado para los otros alojamientos realizados en la antigua finca de La Forge, de la que también es propietaria.

Los dos alquileres en cuestión, con capacidad para 16 personas, entraban en la categoría de alojamientos de grupo, incluidos en la normativa de establecimientos accesibles para personas con discapacidad. “Lo que supone poder evacuar el local, pero también la presencia de detectores de incendios más grandes, puertas cortafuegos y un sistema de alarma contra incendios sonoro”, confirma otro teniente de alcalde, Denis Arndt, que pregunta: “Este alojamiento de dos veces dieciséis personas ha recibido la aprobación del Sdis (servicio departamental de bomberos y rescate, nota del editor)? ¿Había, en el momento del alquiler, dos contratos diferentes?

Por el momento, la investigación continúa en flagrancia para investigar las causas de la muerte y el origen del incendio. En vista de los elementos a su disposición, la fiscal adjunta podría abrir este viernes una investigación por homicidio culposo. El jueves, los gendarmes de la sección de investigación de Estrasburgo acudieron al lugar del antiguo granero para peinar el edificio arrasado por las llamas, en busca de pistas y rastros.

Necesitan entender, como señaló el capitán Jean-François de Decker, cómo el fuego, que obviamente ardió durante varias horas, pudo encender el primer piso y el techo, con su entrepiso, tan rápido. Paralelamente, los técnicos de identificación criminal trabajan para poner nombre a los once cuerpos extraídos de los escombros.

Los familiares de las víctimas, al igual que los 17 supervivientes, fueron recibidos en la tarde del miércoles en una sala puesta a disposición por el ayuntamiento. “Separamos el grupo que vivía en la planta baja de la casa rural, es decir, nueve veraneantes y tres guías, que no tenían víctimas que lamentar, del de los pisos que incluye a los cinco supervivientes, es decir, dos residentes y tres guías”, explica. Éric Zipper, ejecutivo de Protección Civil de Alsacia, encargado por la prefectura de organizar esta recepción. “Si el anuncio a las familias de las once víctimas fue muy difícil, también habrá que cercar a los supervivientes”, respira el socorrista. El ayuntamiento de Wintzenheim estará abierto el viernes para rendir homenaje a las víctimas.