Es una medida presentada como de «sentido común» por el Ministro del Interior. El miércoles 19 de abril, Gérald Darmanin anunció el final de la deducción de puntos por exceso de velocidad leve en 2024. En concreto, la velocidad inferior a 5 km/h ya no dará lugar a la deducción de puntos. La multa se mantendrá. A día de hoy, el exceso de velocidad inferior a 20 km/h está sancionado con un punto y multa de 68 euros en las vías en las que la velocidad máxima autorizada sea superior a 50 km/h y de 135 euros en aquellas en las que la velocidad máxima autorizada no supere los 50 km/ H.

Esta medida, que entrará en vigor el 1 de enero de 2024, provoca el enfado de determinadas asociaciones de seguridad vial, la Liga contra la violencia vial por temer «más muertos y heridos en las carreteras». “La velocidad siempre agrava las consecuencias de los accidentes. No son lo mismo si el usuario va rápido o no”, estima su vicepresidente Pierre Lagache para quien el comportamiento de los conductores varía según el “endurecimiento” o la “relajación” de las políticas públicas.

Sin embargo, ahora es difícil saber si la medida anunciada por Gérald Darmanin podría tener tal efecto. Contactados, el Ministerio del Interior y Seguridad Vial indican que las bases de datos relativas a accidentes de tráfico no indican si el vehículo responsable iba a exceso de velocidad o no y en su caso a cuántos km/h. Para justificar su argumento, Pierre Lagache se basa en particular en un estudio realizado en 2012 por el Instituto Francés de Ciencia y Tecnología para el Transporte, el Desarrollo y las Redes (IFSTTAR), hoy Universidad Gustave Eiffel.

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Según esto, la proporción de accidentes mortales atribuibles al exceso de velocidad y por exceso de velocidad inferior a 10 km/h fue del 46 % en 2010, frente al 16 % en 2001. “Radares automáticos [cuyo despliegue comenzó en 2003 en Francia, nota del editor] fueron efectivos en los excesos de velocidad grandes y medianos, por lo que los excesos de velocidad pequeños representaron una mayor proporción de todos los excesos de velocidad”, matiza Bernard Laumon, uno de los autores del estudio e investigador emérito en seguridad vial en la Universidad Gustave Eiffel.

Según él, no es “la sanción en sí misma la responsable de un aumento del riesgo de accidentes graves, sino la velocidad practicada”. Por lo tanto, la legislación puede ser más o menos represiva, pero es la velocidad a la que los usuarios realmente conducirán, respeten o no los límites de velocidad, lo que tendrá un impacto en el número de accidentes y, por lo tanto, de muertes.

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“Sancionar los excesos de velocidad menores también significa hacer entender a la gente que existe la posibilidad de correr riesgos incluso a velocidades moderadas”, agrega Claudine Pérez-Diaz, ex miembro del Consejo Nacional de Seguridad Vial (CNSR). “Hay automovilistas que podrían cuestionar esta peligrosidad, continúa. La velocidad siempre tiene un papel en los accidentes, aunque a menudo se asocia con otros delitos como el alcohol.

Queda por ver cuál será el comportamiento de los automovilistas en la vía. “De hecho, existe el riesgo de que las personas vean los pequeños excesos de velocidad como menos graves porque habrá esta tolerancia”, estima Florent Varet, investigador postdoctoral en psicología social en la Universidad Católica de Lille. “No me imagino ni por un momento que el anuncio del ministro del Interior provoque un aumento de la velocidad de los conductores”, templa por su parte Bernard Laumon.

Es precisamente este punto el que divide. Para Claudine Pérez-Diaz, la decisión de Gérald Darmanin envía una «señal» negativa. “Veo un problema real allí. La licencia con puntos sirve un poco como antecedente penal, no retirar puntos puede ser riesgoso”. “Esto incluso tiene un efecto sobre la legitimidad de la regla y la obligación de cumplirla, insiste Marie-Axelle Granié, directora de investigación en psicología social del desarrollo en el laboratorio MODIS (Movilidad Sostenible, Individuo, Sociedad) de la Gustave Eiffel Universidad. Creo que puede tener un efecto negativo en el comportamiento”. Y por lo tanto sobre el posible número de accidentes y luego muertes en la carretera.

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Paralelamente a su anuncio, el ministro del Interior precisó que se mantendría la multa. “Esto puede tener un efecto para las personas a las que les importa el concepto financiero, cree Claudine Pérez-Diaz. Para los demás, el dinero nunca ha sido importante”. Pero en general, esta medida sigue siendo “difícil de analizar”, admite Bernard Laumon. “Es muy raro que se aligeren los sistemas que hay, habrá que ver cuánto evoluciona el comportamiento de los automovilistas”, sostiene.

Para él, es evidente que esta medida “no reducirá el número de muertos en las carreteras”. ¿Podría aumentar este número? «Tampoco es imposible». Según los especialistas entrevistados, de materializarse un posible aumento de la mortalidad en las vías vinculado a esta decisión de Gérald Darmanin, sería visible “al cabo de uno o dos años” de la entrada en vigor de la medida.