A la espera de los anuncios de Emmanuel Macron en Bruselas este jueves para liberarlos de determinadas normas del «pacto verde», los agricultores de la Coordinación Rural (CR) han cruzado la «línea roja» marcada por el ministro del Interior, Gérald Darmanin. Los manifestantes con gorras amarillas regresaron el miércoles al Mercado de Interés Nacional (MIN) de Rungis, el centro de alimentación de París, situado a 17 kilómetros al sur de la capital. Con sus tractores bloqueados río arriba por los vehículos blindados de la policía, entraron a pie en el famoso mercado.

Al salir de Agen el lunes por la mañana, el convoy de unos 300 tractores CR fue bloqueado varias veces por la policía antes de dividirse en cuatro cortejos. Si algunos agricultores se dieron por vencidos, otros, habiendo podido escapar de las grietas de la red policial, continuaron hacia su destino final.

“Guardias de honor con personas de todas las edades nos vitoreaban cuando pasaban los tractores”, dice Karine Duc, copresidenta del CR de Lot-et-Garonne. Aquí estamos hoy con parte del grupo en Rungis. Es simbólico. Estamos rodeados de CRS cinco veces más numerosos que nosotros. Estamos esperando ver al director del MIN, quien nos dijo que nos recibiría. Esperamos que esto no sea una nueva emboscada”, indicó en BFMTV mientras la empresa de intervención 22, encargada de la seguridad del MIN, realizaba las detenciones. En total, 79 personas fueron detenidas y puestas bajo custodia policial por “degradar la propiedad ajena durante una reunión”. Hasta el miércoles por la mañana, 15 manifestantes habían sido detenidos por «obstrucción del tráfico». Todos fueron liberados por la noche.

En las carreteras, continúan los bloqueos en las principales ciudades francesas, como Lyon, Estrasburgo y Nantes. En total, hubo más de 80 bloqueos en todo el país con 4.500 máquinas agrícolas y 6.000 manifestantes. En los alrededores de París, este miércoles por la tarde seguían vigentes ocho puntos de bloqueo, incluido uno no lejos de Rungis, en la A6, cerca de Chilly-Mazarin, donde los tractores avanzaban a tres metros de los vehículos blindados. Los agricultores mantienen la presión sobre el gobierno para que cumpla con sus demandas de una mejor remuneración por sus productos, una relajación de los controles administrativos y de las normas ambientales, particularmente las europeas.

El Primer Ministro, Gabriel Attal, continúa las conversaciones con dirigentes sindicales. Los del CR y de la Confederación Campesina, segundo y tercer sindicato agrícola respectivamente, fueron recibidos el miércoles en Matignon. “Hablamos con él con franqueza sobre algunos temas, en particular sobre el hecho de que preferimos los precios remunerativos a las bonificaciones, así como la flexibilización de las normas y controles”, informa Karine Duc. Las cartas están en sus manos. No quiero que los agricultores regresen a sus granjas sin tener respuestas positivas”.

Por su parte, el FNSEA y su aliado Jóvenes Agricultores (JA) fueron recibidos extensamente el lunes y martes. Presentaron sus 122 demandas. “Hay discusiones con nuestros representantes en las regiones, los diferentes sectores” para sopesar las respuestas del gobierno, expresamos al sindicato mayoritario.