Los «cien días de apaciguamiento» prometidos por el Presidente de la República no se han producido si hemos de creer a la gran mayoría de los franceses. Según la última encuesta de Odoxa-Backbone Consulting realizada para Le Figaro, el 78% cree que Emmanuel Macron no ha alcanzado su objetivo para el 14 de julio. Nada menos que el 43% de los consultados considera que su proyecto “no se ha llevado a cabo en absoluto”. Solo los simpatizantes del Renacimiento hacen oír una voz disonante, ya que son un 61% los que consideran un éxito la operación de los “cien días”.

No convencidos por el desempeño del ejecutivo, el 75% de los encuestados cree que el gobierno ha avanzado poco o nada en los objetivos fijados. Como recordatorio, Emmanuel Macron había lanzado en primavera «tres proyectos prioritarios»: «trabajo», «justicia y orden republicano y democrático» y «progreso para vivir mejor». Resultado predecible Después de los disturbios, la justicia y el orden son las áreas en las que los franceses son más severos. Son así un 81% los que piensan que el gobierno ha avanzado «bastante poco» o «nada» en la materia. Cabe señalar que la mejora del sistema de salud (79%), el avance de la Educación Nacional (80%) o la mejora de salarios y condiciones de trabajo (76%) dan lugar a valoraciones similares.

Si bien Emmanuel Macron podría consolidar a Élisabeth Borne en su puesto de Primera Ministra, el 65% de los franceses cree que el Jefe de Estado debería cambiar de inquilinos en Matignon. Una solicitud de reorganización que ascendió al 57% el año pasado y que se ha incrementado desde el final de la secuencia de bajas. Esta vez, el consenso se establece de izquierda a derecha, sin tomar en cuenta a los simpatizantes del partido presidencial. Si estos últimos son 70% para desear el mantenimiento de Elisabeth Borne, son 52% para pedir su salida en LR, 55% en PS, 75% en LFI y 81% en RN.

Dentro del gobierno, solo dos ministros parecen escapar a la desaprobación de los franceses. Este es el caso de Sébastien Lecornu, el Ministro de las Fuerzas Armadas. El 34% de los consultados quiere que permanezca en el gobierno, mientras que el 26% quiere que se vaya. Más conocido, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, no une más que divide. Si el 37% de los encuestados quiere que el inquilino de Bercy permanezca en su lugar, también lo repudiará. La opinión de los consultados es mucho más clara sobre la suerte de los demás ministros, en particular los pesos pesados ​​del gobierno que concentran el descontento de los franceses. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ve así que el 46 % de los franceses se opone a su mantenimiento, mientras que el 31 % está a favor. La sentencia es aún más severa para el Guardián de los Sellos, Éric Dupont-Moretti (27% contra 51%), el Ministro de Educación Nacional y Marlène Schiappa, la más impopular (14% contra 59%).

Si bien los disturbios envolvieron al país durante una semana, la ruptura de Emmanuel Macron con la tradicional entrevista presidencial del 14 de julio es desagradable. Al 60% de los franceses le hubiera gustado que el habitante del Elíseo hablara en televisión. En abril, el presidente ya había fijado una cita el día de la fiesta nacional para elaborar “un primer balance”. La violencia de los disturbios ha amplificado el deseo de los franceses de ver al presidente honrar su compromiso. Aunque todavía no parece estar registrado el tiempo, Emmanuel Macron dijo el miércoles: «Dije que haré un comentario alrededor del 14 de julio, les aseguro, haré un comentario alrededor del 14 de julio». Pero no te he dado ni la fecha ni la forma, y ​​te las daré a su debido tiempo”.