Los más ansiosos y deprimidos, desanimados, obligado a ver el salto de los suelos desde el momento en que se organizan. El coronavirus no es sólo una emergencia sanitaria, pero también una epidemia de inseguridad que se amplifica con la proliferación incontrolada de noticias no es cierto. Para frenar, la Sociedad italiana de Psiquiatría (Sip) ha desarrollado las normas «anti-pánico’, y lanza un llamamiento a «no molestar a los hábitos de la vida diaria».
El temor de una epidemia es tan antigua como el hombre, explica Enrico Zanalda, el presidente de la Sip, «y en este caso es amplificado por la difusión, una muy rápida de noticias parcial, o incluso falsa, que puede causar un colapso de la confianza en las relaciones entre las personas y las Instituciones». A pesar, también, explica el experto, es el hecho de que «el virus está teniendo un grave impacto en la vida cotidiana, cambiando nuestras vidas y causando la cancelación o el aplazamiento de cientos de miles de acontecimientos de menor, pero importante en la vida de las personas, de cumpleaños bautismos».