Es un comienzo de año marcado por la incertidumbre para la marca Minelli, especializada en la venta de zapatos. Declarada en quiebra el 28 de septiembre por el tribunal de Marsella, la empresa sabrá este lunes si un comprador está dispuesto a continuar su actividad. Con esta decisión, la dirección de Minelli esperaba «un soplo de oxígeno financiero» y ahora dependerá de su destino. En total, 166 tiendas están afectadas en Francia.
Esta recuperación jurídica se produce menos de un año después de la adquisición de Minelli por parte de los directivos de San Marina, a principios de 2022. Pero bastaron unos meses para que el grupo fuera liquidado el pasado mes de febrero, dejando a 650 empleados en la estacada. A continuación, la empresa lamentó “que no se haya podido apoyar ningún proyecto de adquisición serio y que los gestores no hayan podido llevar a cabo su proyecto de reserva por falta de inversores”.
Minelli, creada en 1973, está lejos de ser la única empresa que se encuentra en apuros. Como ella, otras marcas de prêt-à-porter y de calzado lanzadas antes de los años 2000 se encontraron en dificultades, como Camaïeu, Burton of London, Gap France, André, Don’t Call me Jennyfer, Du Pareil au Meilleur, Sergeant Major o Naf. Naf. La causa son los reveses vinculados a la pandemia, seguidos de la inflación, los aumentos de los costes de la energía, las materias primas, los alquileres y una mayor competencia con la moda rápida. Otras marcas intentan mantenerse a flote y cierran algunas tiendas para reducir costes, como Princesse Tam Tam, Comptoir des Cotonniers o Pimkie.