Se mencionan nombres famosos, como el de la duquesa de La Rochefoucauld, que hasta los años 90 vivió en el hotel, más concretamente en la Résidence Maxim’s de París. Si alojarse durante varios meses en un hotel de lujo era una práctica común hasta los años 20, un siglo después, más bien debemos hablar de rareza. Es esta clientela desaparecida la que quiere captar el Park Hyatt Paris-Vendôme, el único palacio contemporáneo de París “sin memoria y sin historia”, que celebró el año pasado su vigésimo aniversario. Tan discreto como su fachada, el lujoso establecimiento de la rue de la Paix, que aborrece la pompa y todo lo brillante, inaugura un apartamento de 180 m2. “Michael Douglas estuvo tres meses buscando residencia, esto despertó en mí la idea de transformar un antiguo alojamiento de empresa en un apartamento”, recuerda Gorka Bergareche, su director general. Este amplio alojamiento ocupa parte del último piso, con vistas al mar de pizarra, donde la Torre Eiffel flota en el horizonte cercano.

El Apartamento, que así se llama, está equipado como una «súper casa»: cocina completa, bodega, juegos de mesa, discos de vinilo, fotocopiadora, lavadora, jacuzzi, hammam, baño fitness… Todo encaja perfectamente entre oficina, biblioteca, salón y dormitorio, con una decoración haussmanniana bastante elegante. Pero lo que diferencia L’Appartement de una de las 45 suites del establecimiento (de 155 llaves) es sobre todo que sólo se puede alquilar por un mínimo de un mes. El precio, que parte de… 60.000 euros, puede parecer desorbitado, si por una sutil división no lo reducimos a 2.000 euros por día, el precio medio de una habitación en un establecimiento de esta categoría en París.

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Además de la limpieza diaria, el “inquilino” se beneficia de todos los servicios del hotel. En el visor, los extranjeros que visitarían otras capitales europeas y para quienes ésta sería su “campo base”, por no hablar del mundo de los negocios, muy adecuado para la fórmula de estancia media. Un modelo de hotel bastante atrevido, pero que naturalmente encuentra su lugar en el ADN del Park Hyatt Paris-Vendôme, donde la proximidad al cliente tiene fuerza de ley. Es habitual ver a su chef, Jean-François Rouquette, que reina en el Pur’ (un macarrón con 1 Michelin) y en el Café Jeanne, hablando de recetas con los clientes, sin olvidar a los 300 miembros de un personal exquisitamente cortés. “Cuando llegué a París visité todos los palacios de la capital y cuando entré en uno de ellos me sentí observado, observado, casi juzgado”, explica Gorka Bergareche. Yo quería que para nosotros fuera todo lo contrario. Todos son bienvenidos. » Como en casa… o casi.

Park Hyatt Paris-Vendôme (01.58.71.12.34; Parkhyattparisvendome.com).

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