El Santos, el legendario club brasileño en el que jugaron Pelé y Neymar, descendió el miércoles por la tarde a segunda división tras una derrota en casa ante el Fortaleza (1-2). Lo suficiente como para provocar la furia de la afición, que primero lanzó proyectiles al terreno de juego antes de salir a manifestar su descontento en las calles de Santos.
Varios vídeos muestran vehículos incendiados en los alrededores del estadio Urbano-Caldeira, más conocido como Vila Belmiro. Globo Esporte informa que el auto del jugador Steven Mendoza fue destruido, atacado al azar en medio del caos. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los fanáticos enojados.
Neymar, leyenda del Santos (2003-2013), pensó en su ex club en Instagram tras el triste resultado del miércoles por la noche. “Santos siempre. Volveremos a sonreír…”, escribió. El brasileño tiene contrato con el Al-Hilal de Arabia Saudí pero aún no ha disputado ningún partido por lesión.
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