El Carnaval de la Central: Una Celebración Llena de Historia y Tradición

El Carnaval, la festividad más emblemática de Panamá, tiene sus raíces en la época colonial, con una influencia que va más allá de la española, convirtiéndose en una celebración arraigada en la identidad panameña. En sus inicios, el Carnaval se celebraba en los barrios de Santana y Calidonia, donde la gente tocaba tambores, se disfrazaba de personajes diabólicos y participaba en divertidas actividades como secuestrar a otros para pedir pequeños rescates. Estos rescates se utilizaban para financiar una olla común, garantizando que todos pudieran disfrutar de una comida festiva juntos. Es así como surgen los «resbalosos» y las comparsas, elementos icónicos de esta festividad.

La Evolución del Carnaval

Con el paso del tiempo, el Carnaval evolucionó y se expandió por toda la ciudad, convirtiéndose en una celebración popular que involucraba a personas de todos los estratos sociales. En 1910, las autoridades oficializaron la festividad y por primera vez se introdujo el papel de la reina del Carnaval. Estas reinas provenían de familias adineradas y tenían la tarea de vender votos para financiar las celebraciones. Cada voto vendido equivalía a un peso, que con el tiempo se convirtió en un dólar. Esta evolución del Carnaval capitalino culminó en lo que ahora conocemos como el Carnaval de la Central, donde el pueblo recupera su protagonismo y participación en la festividad.

Recuerdos de un Carnaval Pasado

Aquellos que vivieron el Carnaval en su esplendor recuerdan con nostalgia la alegría y la diversión que caracterizaban las celebraciones. Desde las coloridas comparsas de cada barrio hasta los desfiles de carrozas patrocinadas por empresas privadas, el Carnaval de la Central era un evento lleno de vida y tradición. Los participantes se vestían con trajes típicos, bailaban al ritmo de la música y disfrutaban de la convivencia familiar y amistosa que esta festividad ofrecía.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la esencia cultural y la idiosincrasia de esta celebración se han ido degradando, según los expertos en el tema. Aunque el Carnaval de la Central ya no es lo que solía ser, los recuerdos de aquellos días de diversión, alegría y convivencia permanecen vivos en la memoria de quienes tuvieron la oportunidad de disfrutarlo en su máximo esplendor.

En definitiva, el Carnaval de la Central es mucho más que una simple festividad; es un reflejo de la historia, la cultura y la tradición de Panamá, que ha sabido adaptarse y evolucionar a lo largo de los años, manteniendo su esencia viva en el corazón de todos los panameños.