A pesar de los rumores que hacían perder a este favorito de la carrera debido a los horrores de la guerra entre Israel y Hamás, Tarik Kiswanson, nacido el 19 de julio de 1986 en Halmstad, artista visual sueco, francés, jordano y palestino, es efectivamente el ganador de la carrera. Premio Marcel Duchamp 2023.
Este premio, fervientemente apoyado por la ADIAF y sus coleccionistas, será anunciado en Artcurial, ya que el Centro Pompidou ha quedado marginado por la huelga votada este lunes 16 de octubre.
Los cuatro finalistas se exponen en Beaubourg, en las salas del museo habitualmente reservadas al Gabinete de Artes Gráficas. Habrá que esperar hasta el final de la huelga para descubrirlos.
Tarik Kiswanson destacó ampliamente por sus instalaciones escultóricas surrealistas en el Museo Guimet, durante la última Bienal de Lyon.
Entre un conjunto de obras, subraya el Centro Pompidou, Tarik Kiswanson, “explora formas y estados resultantes de la experiencia de la guerra, el trauma y el desplazamiento: reconstrucción y renacimiento tanto colectivo como social, individual e íntimo. Un espacio poético, como suspendido entre la memoria y la regeneración.
Su premio debería provocar muchas reacciones en un mundo del arte que no ha olvidado la política, especialmente desde los ataques en Israel y la guerra en Palestina que desencadenaron.
En los últimos días, en este contexto, se dio como favorita a Bertille Bak, una francesa de ascendencia polaca. Ofrece una videoinstalación titulada Nature Morte. Este proyecto toma como punto de partida uno de los días festivos más populares del calendario: el Día de San Valentín. Ecológicamente absurda, la industria de las flores es también escenario de una relación desequilibrada entre Norte y Sur, donde las plantas que se venden masivamente en las ciudades del Norte a menudo provienen del campo del Sur.
Bouchra Khalili presenta una selección de obras sobre las complejas relaciones entre el lenguaje, la traducción, el habla, la poesía y sus estrechos vínculos con la imaginación de una futura comunidad.
Finalmente, Massinissa Selmani ofrece una instalación bajo el signo de la elipse, titulada Una trama de horizonte a mitad del día. Su proyecto está concebido como un gran dibujo que muestra la migración de sus formas dibujadas de un medio a otro, del papel a la película animada, de la escultura al dibujo mural. Teñido de gravedad, absurdo y notas de humor, el conjunto se construye como una suma de territorios de conflictos ficticios.