No confiar en una prueba de antígeno negativa, si se realiza poco después de la aparición de los síntomas: este es el consejo que dan investigadores del Boston Children’s Hospital, en Estados Unidos, después de medir la cantidad de virus presente en pacientes enfermos de Covid .
Para su estudio, los investigadores incluyeron a 350 personas, la mayoría de las cuales padecían tos, dolor de garganta y secreción o congestión nasal. “El 91% ya había sido vacunado, infectado o ambas cosas, lo que revela el alto nivel de inmunidad de esta población”, precisan.
Sus resultados, publicados a finales de septiembre en la revista Clinical Infectious Diseases, revelan una evolución en la dinámica del Sars-CoV-2 desde la llegada de la variante Omicron.
“Al inicio de la pandemia, numerosos estudios demostraron que la carga viral alcanzaba su punto máximo con la aparición de los síntomas y luego disminuía drásticamente”, recuerda Jérémie Guedj, director de investigación del Inserm. Sin embargo, cuanto mayor sea el nivel de virus en el cuerpo, mayores serán las posibilidades de que el examen sea positivo. De ahí la instrucción dada por las autoridades sanitarias de realizar una prueba de antígenos inmediatamente después de la aparición de signos clínicos y repetirla si es necesario 48 horas después.
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Pero este patrón ha cambiado, según muestra el estudio. La carga viral está ahora en su punto más alto cuatro días después del inicio de los síntomas. “Esto explica por qué las pruebas de antígenos parecen menos sensibles en los últimos meses: se realizan en el momento de los síntomas, a menudo demasiado pronto para ser positivas”, comenta el profesor Antoine Flahault, epidemiólogo de la Universidad de Ginebra. En realidad siguen siendo igual de eficaces, pero al cuarto día de la enfermedad.
El fenómeno va acompañado de una reducción del período de incubación, que ha pasado de cinco a tres días desde la llegada de Omicron. En resumen, los síntomas aparecen más rápidamente tras la contaminación que al inicio de la pandemia, sin saber si este cambio se debe a las variantes o a la inmunidad adquirida por la población. En el estudio, los científicos favorecen la segunda hipótesis.
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¿Cuáles son las implicaciones concretas? Si las pruebas PCR siguen siendo sensibles en cualquier momento de la infección, “las pruebas de antígenos deben repetirse, especialmente si las hace usted mismo en casa”, subraya Jérémie Guedj. Lo peor sería pensar que estás a salvo, justo antes de alcanzar tu carga viral máxima, que coincide con la máxima contagiosidad”.
El virus ahora es benigno para la mayoría de las personas, pero P. Flahault recomienda que las personas con inmunodeficiencia prefieran las pruebas de PCR para no perder el tiempo. De hecho, el tratamiento antiviral debe administrarse dentro de los cinco días siguientes a la aparición de los síntomas.