«En mi vida, nunca había visto a republicanos y demócratas ponerse de acuerdo… hasta este fin de semana». Al otro lado de la línea, la estadounidense Amanda Rollins tiene un tono amargo. El sábado, mientras estaba en un concierto, se enteró de la adopción en Estados Unidos, por parte de la Cámara de Representantes, de un texto que abre la puerta a una posible prohibición de TikTok. Más precisamente, su empresa matriz ByteDance, con sede en China, se vería obligada a vender la red social en un plazo de doce meses, so pena de tener que dejar de operar en Estados Unidos. Se sospecha que TikTok permite a Beijing recopilar datos sobre los aproximadamente 170 millones de usuarios estadounidenses que siguen su contenido. El texto debe ahora ser validado por el Senado dentro de una semana.

En su cuenta americanfille, seguida por más de 1 millón de personas, Amanda Rollins no esperó a reaccionar. “Yo, descubriendo en medio de un concierto que TikTok está a punto de ser prohibido. Estaba tratando de mantener una actitud positiva y reírme de esta idea, pero me entristece porque TikTok significa mucho para mí”, escribió con lágrimas en los ojos y su copa de vino todavía en la mano. “No puedo imaginar un mundo sin TikTok. Esta aplicación ha cambiado mi vida, tengo mi comunidad allí y descubrí más cosas en esta aplicación que en la escuela”, testifica la joven a Le Figaro.

“¡Dicen que la red social representa un riesgo para nuestra seguridad pero es mentira!”, continúa enfadada. “Sabemos muy bien que las redes sociales de Meta (Facebook, Instagram) también recopilan nuestros datos. Sin embargo, nunca serán prohibidos”. Para el creador de contenidos, los representantes políticos estadounidenses preferirían poner fin a las acciones militantes que a menudo cobran impulso a través de TikTok.

Amanda Rollins piensa en particular en las acciones de los usuarios propalestinos. La mayoría pretende denunciar a las marcas que continúan su actividad en Israel a pesar de la ofensiva liderada por el país en la Franja de Gaza, desde el ataque terrorista de Hamás a su territorio el 7 de octubre. “Podemos ver claramente que los boicots contra las marcas Starbucks, McDonalds o Kellogs comenzaron esencialmente a partir de TikTok”, insiste el creador de contenidos. «Creo que tienen especial miedo de este poder de movilización en la plataforma y de la libertad de expresión que se permite en ella».

Como ella, muchos influencers estadounidenses reaccionan a la posible prohibición de la red social china con el hashtag Tiktok ban. “Lo único que preocupa a los políticos es si serán reelegidos. Entonces, pido a cada creador en TikTok que haga un video sobre un senador y que comparta su correo electrónico y usted (nota del editor de los usuarios), que les escriba para desmitificar su opinión sobre TikTok […]», insiste el de los camarógrafos. Ya en marzo pasado, los TikTokers estadounidenses se manifestaron ante el Congreso para impugnar el trabajo legislativo destinado a prohibir la aplicación. El propio director general de TikTok, Shou Zi Chew, había pedido a los usuarios que «se hicieran oír» contra esta posible prohibición.

Aunque no puede participar, Amanda Rollins apoya estas protestas. La estadounidense vive desde hace varios años en París, donde cuenta en TikTok sus peregrinaciones por la capital francesa, como la heroína de la exitosa serie de Netflix Emily in Paris, que llega directamente desde Chicago en la temporada 1. Con su cuenta, Amanda hace principalmente Los estadounidenses, que representan el 70% de sus suscriptores, sueñan. Por tanto, una gran parte de su comunidad podría desaparecer si la red social fuera prohibida en Estados Unidos.

«Tengo miedo de perder mi negocio», admite. La joven, que ahora tiene 34 años, creó una cuenta, como muchas otras, durante el confinamiento en 2020. En aquel momento, se estaba formando en técnicas de venta en una startup, pero rápidamente la actividad online se hizo cargo. “TikTok representa hoy el 70% de mi salario y sólo con los ingresos de la plataforma puedo ganar entre 4.000 y 5.000 euros al mes”, explica. «Esta remuneración no se refiere a colaboraciones comerciales».

La joven también tiene una cuenta de Instagram pero que es mucho menos seguida. En comparación con su cuenta de TikTok (1 millón de suscriptores), esta tiene un total de 173.000 seguidores. “Instagram sigue siendo diferente, las tendencias no avanzan tan rápido”, subraya el creador de contenidos. “En TikTok, de la noche a la mañana tu contenido y tus palabras pueden volverse virales”, se entusiasma el camarógrafo, que se refiere al formidable algoritmo de TikTok y su feed “para ti”. En él se presentan al usuario contenidos dispares y muy diferentes para evaluar qué le interesa. También permite dar visibilidad a la vida de millones de personas que antes eran desconocidas. Amanda Rollins lo sabe, lo vive desde hace cuatro años.