Después de la repentina muerte de Inouk el 28 de marzo en Marineland en Antibes, ¡Ya basta! inició un procedimiento de emergencia ante el tribunal administrativo de Niza. La asociación, que remitió el asunto al juez el pasado viernes, está preocupada por la suerte que corren los demás mamíferos que viven en este lugar.
Hace ya seis meses murió allí otra orca, Moana. La muerte de Inouk se produjo por la ingestión accidental de un cuerpo extraño metálico que provocó inflamación local así como trastornos de las funciones digestivas del animal.
«Pedimos al juez que solicite a la prefectura que informe al parque Marineland en un plazo de ocho días a partir de la decisión y que tome todas las medidas útiles para proteger a las dos últimas orcas que aún viven en su establecimiento», indica Christine Grandjean. el jefe de la asociación. Esta última solicita el traslado de los mamíferos a uno de los estanques de delfines, que según ella está en mejores condiciones.
La asociación también teme la inminente salida de las dos orcas a Japón. Para bloquear cualquier transferencia comercial de cetáceos cautivos de Francia al extranjero -a menos que se trate de una solución a un refugio marino- la asociación se puso en contacto el pasado mes de enero con el Consejo de Estado.