Hacer accesible el “made in France”. Trece años después de su creación, Le Slip Français está haciendo su “revolución”. Este punto de inflexión estratégico es el de los precios. Porque si bien la marca francesa de ropa interior ha conseguido hacerse un hueco en el sector de la confección, es consciente de que sus precios siguen siendo un obstáculo para el francés medio. “Vendemos nuestra ropa interior a 40 euros cada una, consecuencia de nuestra producción industrial. Pero somos muy conscientes de que no es la ropa interior de todos los franceses, sino que está reservada a una pequeña parte de la población”, reconoce Guillaume Gibault, fundador y presidente de Slip Français.
Ante esta observación, la marca decidió recortar sus precios. Este miércoles lanza dos nuevos modelos para hombre, braguitas y boxers, a un precio que considera más accesible, “y que lo seguirá siendo a largo plazo”, asegura. Vendidas hasta ahora a unos 40 euros, esta ropa interior costará 25 euros por unidad, 39 euros en pack de dos y 57 euros en pack de tres. Es decir una reducción de los precios unitarios del 40%. “Para paquetes de tres, estamos a 18 euros por unidad, lo que significa una división del precio entre más de dos”, subraya Guillaume Gibault.
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Aquí no hay ninguna receta milagrosa, sólo una estrategia resumida en una palabra: volumen. “Normalmente, comprometemos volúmenes de 5.000 a 10.000 unidades por gama. Allí hicimos un pedido de 400.000 unidades”, informa el jefe de Slip Français. O «una verdadera asunción de riesgos industriales», porque la inversión se refiere a «varios millones de euros en acciones». Pero lo que le permite aplastar sus precios de venta, gracias a las economías de escala que permite esta estrategia.
Volumen también significa simplificación del proceso de producción. “Eliminamos una operación de bordado y simplificamos el montaje, pero sin afectar la calidad del producto”, asegura Guillaume Gibault. Al mismo tiempo, la oferta ofrecida por la marca se irá reduciendo paulatinamente. Y por qué no, en el futuro, repetir esta estrategia de volumen en otros productos, como calcetines o pijamas, si esta primera prueba es concluyente.
Una iniciativa así no surge de la nada. Se produce en un contexto tenso para la ropa “made in France”, que sufre la crisis que vive el sector en general, pero también la ola inflacionaria de 2022-2023. Sobre todo porque los productos fabricados en Francia cuestan más en las estanterías, porque su producción es más cara. Y si las encuestas muestran que los franceses están dispuestos a comprar más productos fabricados aquí, sus precios siguen siendo un gran obstáculo. “El made in France, que ya representa sólo el 3% del volumen de ropa comercializado cada año en Francia, está amenazado de reducción y, por qué no, de desaparición”, advierte Le Slip Français. Su iniciativa pretende así «reindustrializarse y encontrar volúmenes que puedan dar nueva vida a la industria», espera la empresa.