«Existe una verdadera descorrelación entre el mercado de los videojuegos y el estado de la industria», subraya James Rebours, presidente de la Unión de Editores de Videojuegos (Sell). Las cifras, reveladas el miércoles, sobre el gasto francés en 2023 en juegos, consolas, controladores, PC para juegos, monedas virtuales para juegos móviles y otros auriculares para juegos en línea, contrastan con las oleadas de despidos que afectan a editores y estudios de producción en todo el mundo. Con un aumento del 9,9%, un nivel cercano a los años de Covid, el mercado francés de videojuegos alcanza ahora los 6.100 millones de euros. En 2020 se superó la marca de los 5 mil millones.
Esta cifra poco tiene que ver con el estancamiento del mercado americano (1% según Circana) o el modesto crecimiento del Reino Unido (2,9%). Pero se explica con una palabra: la PlayStation 5. Los dos primeros años de vida de la consola de Sony, lanzada a finales de 2020, estuvieron marcados por capacidades de producción insuficientes para satisfacer el fuerte apetito de los jugadores. Por lo tanto, el grupo japonés priorizó sus acciones hacia los mercados anglosajones estratégicos en detrimento de Europa, donde los consumidores tuvieron que ser astutos y pacientes para hacerse con el dispositivo.
Sólo en 2023 la situación volvió a la normalidad en Francia, donde el efecto de recuperación fue espectacular: según Sell, las compras de consolas se dispararon un 72% en un año, hasta mil millones de euros. Tenemos que remontarnos a 2007, en la época del fenómeno Wii de Nintendo, para encontrar tal nivel de gasto. Este crecimiento se debe casi exclusivamente a la PlayStation 5, cuyo precio se redujo excepcionalmente de 549 a 429 euros durante el Black Friday para convencer a los últimos indecisos…
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El mercado también se vio impulsado por las compras de videojuegos para consolas y PC, que alcanzaron los 1.500 millones de euros, frente a los 1.200 millones de 2022 (25%). El efecto es particularmente espectacular en las compras en tiendas digitales integradas en consolas (46%, hasta 737 millones de euros), mientras que las ventas en formato físico en la gran distribución se mantienen, excepción francesa (-1%, hasta 614 millones de euros).
“La oferta de juegos en 2023 fue especialmente cualitativa”, recuerda James Rebours, entre el sorprendente éxito del juego de rol belga Baldur’s Gate 3, el fenómeno Zelda: Tears of the Kingdom (Nintendo), que marcó el mejor comienzo de año en Francia o el regreso a consolas de la saga de Harry Potter con Hogwarts Legacy (Warner).
Con 1,1 millones de copias vendidas, este último es el segundo mejor vendido del año, por delante de Zelda (973.000 ventas, sin incluir el formato digital). El primer puesto lo ocupa el imbatible juego de fútbol FIFA, rebautizado este año como EA Sports FC24. Sus 1,4 millones de ventas, sin embargo, siguen siendo inferiores a las de la obra anterior (1,7 millones en 2022 para Fifa 23). “Fifa 23 se benefició del efecto del Mundial, por lo que es difícil evaluar el efecto del cambio de nombre”, subraya James Rebours.
Pero las buenas puntuaciones de los mejores de la categoría esconden “muchas decepciones” en el resto de la clasificación, susurra un actor del sector. La culpa la tiene la sobreproducción (711 nuevos lanzamientos en consolas, o un 18% más que en 2022), pero quizás también también las decisiones presupuestarias en tiempos de crisis de poder adquisitivo. En consolas, el gasto en microtransacciones (principalmente la compra de moneda virtual en juegos en línea como Fortnite) cayó repentinamente un 16% (234 millones de euros). Los franceses también han realizado recortes drásticos (¡-46 %!) en sus suscripciones a PlayStation Plus, Xbox Game Pass o Nintendo Online.
Por lo tanto, Sell se mantiene extremadamente cauteloso en sus perspectivas para 2024. “Esperamos una normalización del mercado, después de estos resultados excepcionales que son en parte un correctivo” a la anomalía de la escasez de PlayStation 5, indica James Rebours. Como es habitual, el lobby no comunica proyecciones cuantificadas para el año en curso. En Estados Unidos, la firma Circana es más comunicativa. Según su escenario más optimista, el mercado americano caerá un 2% en 2024. Pero la caída podría superar el 10%.