Preocupación y pesimismo. Después de la complicada temporada que han vivido los profesionales del turismo en Córcega, el verano de 2024 promete ser igual de difícil, según estos agentes. “No tenemos motivos para ser optimistas”, confiesa César Filippi, presidente del GHR (grupo hotelero y de restauración) Córcega, que cuenta con unos 300 miembros. Estuvimos cerca del desastre debido a la temporada pasada. Y sin esfuerzos en términos de precios de transporte, especialmente de tarifas aéreas, el próximo será complicado. Falta de plazas disponibles en el avión, precios demasiado elevados para un billete de avión, aumento de la oferta de alojamientos turísticos amueblados, los problemas denunciados por los profesionales son similares.

Un estudio del INSEE (Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos) publicado a finales de 2023 confirmó los sentimientos negativos registrados en la isla durante el verano. La asistencia en verano registró un descenso del 8,1% respecto a 2022. Si los turistas pasaron 9,3 millones de noches en distintos tipos de alojamiento, incluidos hoteles, campings y otros alojamientos turísticos colectivos (AHCT), la isla registró una pérdida de 824.000 pernoctaciones. De abril a septiembre de 2023, 6.310.000 viajeros pasaron por los puertos y aeropuertos insulares. Con 102.200 pasajeros menos que en 2022, el tráfico de pasajeros baja un 1,5%. Esta caída, más moderada en el transporte que en el alojamiento, confirma una reducción de la duración de las estancias y sugiere cambios en la elección del alojamiento: “El tejido económico no declarado va bien, a diferencia de los hoteles y los restaurantes”, señala con amargura César Filippi. En su punto de mira, el paracomercialismo y, en particular, la plataforma Airbnb, que sigue ganando terreno: “Durante el verano de 2023 hubo un 11% menos de asientos en el aire y, al mismo tiempo, un aumento de 10 al 15% del número de alojamiento amueblado, analiza Jean-Baptiste Pieri, secretario general del círculo de las grandes casas de Córcega, que cuenta con más de veinticuatro hoteles de cinco estrellas. La hostelería perdió el 10% de su facturación. Y los costos operativos se han disparado. Tuvimos que vender nuestro alojamiento al final de la temporada. Es muy grave lo que pasó. Paradójicamente, en julio y agosto hubo más gente, pero estos turistas acudieron a alojamientos amueblados. Los poderes públicos quieren aplicar una política de ajuste estacional, pero en realidad no es así”.

La Agencia de Turismo de Córcega (ATC) había decidido no promocionar el destino durante el verano, como parte de sus acciones contra el turismo de masas. Para Jean-Baptiste Pieri, el origen del problema se encuentra en la política aplicada por las compañías aéreas delegadas de servicio público, Air-Corsica – Air France: “Hay una disminución de las plazas disponibles en el sector aéreo, combinada con un altísimo precios. Una pareja que viene a Córcega gastará entre dos y tres veces más en transporte que cuando esté allí. Se trata del único destino europeo en este caso. El transporte deja a Córcega fuera del mercado. No podemos ser competitivos. Hay entradas a 800 euros para hacer una París-Figari…»

Problemas que persisten y hacen temer una nueva “mala” temporada turística: “Si seguimos así, ya no atraeremos nuevos clientes. Estamos haciendo un turismo que está acabando con la industria turística. Hay una inercia muy fuerte por parte de las autoridades públicas. Todos nuestros vecinos europeos que compiten con nosotros dispararon sus cifras de asistencia el año pasado. La isla tuvo una temporada mediocre y el escenario corre el riesgo de repetirse en 2024”.

Pese a estas perspectivas, los profesionales esperan resistir: “Aquí hablamos de turismo, te miramos de reojo. Es casi una mala palabra, lamenta César Filippi. Pero no nos rendiremos, aunque la situación sea preocupante”.