El ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra visitó el jueves un templo en Bangkok, informó la AFP, en su primera aparición pública desde que fue puesto en libertad condicional en febrero tras su condena por corrupción y abuso de poder. El exlíder de 74 años, que llevaba un collarín ortopédico, fue a orar alrededor de las 5 de la mañana (22:00 GMT del miércoles) al Santuario del Pilar de la ciudad de Bangkok. Luego tuvo que volar a Chiang Mai (norte), su ciudad natal y bastión político, para rezar ante las tumbas de sus seres queridos.
El ex primer ministro y multimillonario, en el poder desde 2001 hasta el golpe de 2006, regresó del exilio el 22 de agosto de 2023 después de 15 años en el extranjero y fue inmediatamente detenido, principalmente en un hospital policial de Bangkok, debido a problemas de salud. Condenado inicialmente a ocho años de prisión por corrupción y abuso de poder, el ex líder se benefició de un indulto del rey Maha Vajiralongkorn en septiembre, que redujo su condena a un año de prisión.
Thaksin Shinawatra “está en libertad condicional. Si obtiene algo que va más allá de las normas habituales, los servicios penitenciarios tendrán que dar explicaciones”, declaró el portavoz del Partido Demócrata, Ramet Rattanachaweng, notoriamente opuesto al ex líder. El primer ministro tailandés, Srettha Thavisin, que viajará a Chiang Mai a partir del viernes, después de regresar de visitas oficiales a Alemania y Francia, dijo a los periodistas en París que se reuniría con Thaksin «si se presenta la oportunidad», según el canal de televisión público. PBS tailandés.
Srettha Thavisin estimó el mes pasado que “todos los miembros del gobierno estarían dispuestos a escuchar” al ex primer ministro. Thaksin, un viejo león de la vida política tailandesa, mantiene influencia a través de su partido familiar, Pheu Thai. Personalidad ultrapopular a principios de los años 2000 y bestia negra de la monarquía durante sus años en el poder, se sospecha que ha pactado con sus antiguos adversarios para poder regresar a Tailandia. Era tan adorado en el campo, gracias a sus políticas redistributivas pioneras, como odiado por las elites tradicionales de Bangkok, que lo encontraban populista e insolente hacia el rey Bhumibol.