Gilles-William Goldnadel es abogado y ensayista. Cada semana descifra las noticias para FigaroVox. Acaba de publicar War Journal. Es Occidente el que está siendo asesinado (Fayard).
Nunca me he distinguido por un optimismo excesivo. Con mayor razón, cuando el tema toca la cuestión judía. Por atavismo conozco la trágica historia de mi pueblo. En Diario de guerra, publicado en enero, no le di al Estado israelí –un Estado gueto “pogromizado”– ocho días antes de ser nazificado, después de su respuesta en las peores condiciones de guerra urbana a los civiles cínicamente sacrificados por Hamás. Aquí estamos. Pero incluso en el marco de estas siniestras predicciones, no preví que en Europa -aunque en el proceso de islamización acelerada- la caza de judíos sería aceptada y autorizada sin muchas protestas. La evidencia es abrumadora e indiscutible.
Primero está Rima Hassan. Este activista enérgico acaba de ser elegido por Francia Insumisa para figurar en un puesto elegible en la lista de sus candidatos a las elecciones europeas. Difícilmente se puede discutir el mencionado apoyo a Hamás, oficialmente clasificado como organización terrorista. Al micrófono del medio Le Crayon, a la pregunta de si su lucha es legítima, el candidato rebelde responde: “sí” (Le Parisien, 7 de marzo). Vale la pena señalar que cuando se le pregunta si el Estado de Israel tiene derecho a defenderse y si la solución de dos Estados puede ser deseable, Rima Hassan responde dos veces negativamente.
Cabe señalar también que Rima Hassan ha adquirido una gran visibilidad participando en debates en diversas cadenas de radiodifusión pública, y en particular en France 5, en el programa “C politique” presentado por Karim Rissouli. Es en el marco de este programa -cuyo pluralismo no es, desde nuestro punto de vista, la cualidad principal- que un médico comparó recientemente Gaza con el gueto de Varsovia sin ninguna impunidad, mientras consideraba a un director de hospital, miembro de Hamás, como una personalidad “admirable”. No puede sorprendernos, después de esto, que el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, retomara esta declaración advirtiendo del “genocidio en Gaza”. Una afirmación que una mente ligeramente descontenta y con algunos rudimentos históricos podría considerar ofensiva, ya que los judíos polacos no atacaron a los bebés alemanes al comienzo de las hostilidades, cuyo epílogo terminó en las cámaras de gas.
Para concluir sobre la actitud de Rima Hassan, habremos observado que acompañó a David Guiraud a Túnez cuando éste hizo estas memorables declaraciones – debido a una inversión de la realidad – sobre Israel que «quema a los niños en un horno» y no Hamás. . Podríamos haber esperado que Rima Hassan contradijera a su compañero de viaje.
Luego vienen las palabras de Judith Butler, una filósofa a la que se puede considerar sin adulación como la suma sacerdotisa de la teoría de género. Recientemente afirmó que los ataques del 7 de octubre perpetrados por Hamás fueron un acto de “resistencia armada”. Ahora sabemos, durante una reunión organizada con el Nuevo Partido Anticapitalista -algunos de cuyos miembros están siendo procesados por apología del terrorismo- que Judith Butler ve en las masacres del 7 de octubre «un acto de resistencia armada», ni terrorista ni anticapitalista. Semítico. Hay una sintonía entre Rima Hassan y Judith Butler, que defienden un islamoizquierdismo que no puede existir.
Es cierto que para la extrema izquierda, el gulag, la inmigración, la inseguridad, el antisemitismo islámico son sólo fantasías de la extrema derecha, todo lo que se parezca al wokismo es sólo una quimera. Pero más allá de las teorías, hay prácticas. Los titulares del Daily Telegraph del 8 de marzo describían Londres como cerrada a los judíos – «Zona prohibida para los judíos» – debido a las manifestaciones antisemitas islámicas, tan numerosas como odiosas y donde se canta sin excesos «muerte a los judíos». -conciencia. Del mismo modo en París, durante esta jornada dedicada a los derechos de las mujeres, quienes pretendían mostrar su apoyo a las mujeres israelíes violadas y asesinadas -o aún rehenes de Hamás en su indiferencia- fueron tratados como «judíos sucios» o amenazados físicamente antes de ser exfiltrados.
Lo que es aún peor es el bajo nivel de protesta y resistencia a este nuevo antisemitismo de peligro sin precedentes y desconocido desde la Shoah.
En este sentido, la ausencia del Presidente de la República en la marcha contra el antisemitismo, motivada por el hecho de preservar la unidad nacional y no estigmatizar a la comunidad musulmana, puede suscitar interrogantes. Porque Emmanuel Macron decidió demonizar a un partido nacionalista de derecha y perdonar a un partido proislamista de izquierda. Por lo tanto, aceptaremos no considerar muy obstinada la resistencia al antisemitismo deslumbrante. Queda por comprender su poder quizás irresistible. Este antisemitismo, como siempre me he esforzado por describirlo en un intento por prevenirlo, es de naturaleza irracional porque es religioso. El de ayer fue construido para castigar a la gente supuestamente deicida. El antisemitismo islamo-izquierdista actual es de naturaleza dual pero dialéctica.
El antisemitismo islámico sólo tolera al judío sujeto a la dhimmitud. Más recientemente, el antisemitismo islámico en los suburbios se ha enriquecido con los estereotipos occidentales en torno al judío rico, conspirador y omnipotente. El antisemitismo de extrema izquierda, o ahora despertado, se construyó a partir del odio hacia el Estado-nación occidental en el Este, hacia el judío blanco luchador, experimentado como una traición insolente al judío en pijama de rayas que no mató o ni siquiera mató. defenderse antes de desaparecer en el humo.
Estamos siendo testigos ahora mismo en Gaza de la construcción de una nueva crucifixión donde el pueblo judío de Judea volvería a suicidarse. Y Joe Biden podría ser considerado Poncio Pilato si no detuviera la carnicería. Se observará que ni las ciudades alemanas y francesas anteayer, ni Mosul o Raqqa ayer, bombardeadas sin amabilidad por los aliados para combatir a un agresor salvaje, dieron lugar a un psicodrama tan infernal. Éste es el marco obsesivamente judeocéntrico, tan inconsciente como fantástico, en el que se desarrolla el último episodio del drama judío. Pero sería un gran error mirar este drama inconcluso únicamente desde la perspectiva judía. Detrás de la cortina, está en juego el futuro de la asediada Europa judeocristiana. De su libertad y de su existencia. El judío es el canario en peligro de extinción en la mina que se derrumba.