¿Están los franceses dispuestos a gastar mucho dinero para disfrutar de unas estupendas vacaciones? Así lo sugiere el último barómetro de Opinionway de Sofinco, que indica que más de la mitad de los hogares tienen previsto marcharse este verano, con un presupuesto medio de 1.697 euros. Tenemos que remontarnos a 2012, doce años antes, para encontrar un gasto tan elevado.

Un signo de que la inflación está cayendo y dando paso a aumentos salariales, este presupuesto ha aumentado un 12% respecto al año pasado. Pero el aumento de los precios sigue afectando a los franceses más modestos. El 41% de los encuestados se quedará en casa este verano, más que el año pasado. Más de la mitad de ellos dice que no pueden permitírselo (61%) y unos pocos (24%) se animarían a marcharse si pudieran beneficiarse de facilidades de pago.

Quienes deciden apostar por lo grande también prestan atención a su billetera. Ir de vacaciones exige un esfuerzo económico para más de siete de cada diez franceses (el 76 %, es decir, 5 puntos más que el año pasado) y cada vez más de ellos ahorran a lo largo del año para financiar su viaje (el 51 %, 4 puntos más que el año pasado) que en 2023).

En este contexto, los futuros veraneantes prefieren estancias cortas para no ver su presupuesto dispararse. Serán el 8% a partir de menos de una semana, el 37% a partir de una semana (un aumento de 12 puntos en 12 años) y el 33% a partir de dos semanas. Sólo una minoría de los vacacionistas (22%) se marchará por tres semanas o más.

Otra lección de este barómetro: los franceses dicen estar cada vez más preocupados por el impacto medioambiental de sus vacaciones. Tres cuartas partes de ellos intentan limitar sus emisiones contaminantes y promover buenas prácticas ecológicas durante su estancia, siempre que ello no aumente su presupuesto de vacaciones. Por tanto, la mayoría de los encuestados considera viajar en tren antes que en avión para viajar por Francia o Europa (57%).