Para Naf Naf aún no ha llegado el momento de decir adiós. El tribunal de comercio de Bobigny (Seine-Saint-Denis) decidió este miércoles ampliar el período de observación para la empresa, en quiebra desde septiembre, supo Le Figaro por una fuente sindical. Los jueces estimaron que su propietario, el grupo turco SY Corporate, tenía «capacidad de financiación suficiente» para continuar la recuperación legal de la marca hasta septiembre de 2024 y evitar así su liquidación inmediata.

En los últimos meses, Naf Naf había iniciado un curso de adelgazamiento anunciando el cierre de 17 tiendas, en el marco de un nuevo plan social que amenaza cerca de 90 puestos de trabajo en las tiendas y 30 en la sede. La dirección de la empresa había citado una «serie de vientos en contra» para explicar su mala suerte. “Ante este contexto extremo, que afecta a la industria textil, New Naf Naf ya no puede asumir sola el pago de sus deudas”, argumentó la empresa en un comunicado. “Competencia desleal” y “medios de producción cuestionables” de los gigantes globales de la moda rápida (Shein, H

Lea también: Editorial de Le Figaro: “La segunda muerte del textil francés”

Como muchas otras marcas francesas (Pimkie, Gap France, Don’t Call me Jennyfer…), Naf Naf habrá perdido sus plumas en este año 2023, «negro» para el sector del prêt-à-porter. Coincidencia o ironía del calendario, esta cosecha debía celebrar el cincuentenario de la marca, fundada en 1973 por los hermanos Pariente. Fue en el Sentier, rodeados de otros empresarios en ciernes (Alain y Léon Nadélian, Jacques Nataf…), donde Patrick y Gérard Pariente abrieron su primera tienda, llamada “Naphtaline”. Luego vendrá el logotipo, un cerdo rosa, y la primera colección del diseñador. Para tener éxito, hubo que esperar hasta 1983 y hasta el famoso “mono listo para teñir” de lona de algodón. Estampada con el logo de la marca, la pieza es un éxito inesperado entre los clientes, especialmente los más jóvenes. Los hermanos Pariente firmaron así uno de los mayores éxitos de los años 80. “Al principio no me consideraba un creador. Luego, cuando me di cuenta de que vendía más que ellos, me dije que traía algo nuevo”, dijo Gérard Pariente al informativo France 2.

Con el paso de los años, “el gran mal look” –el eslogan de la marca– se ha arraigado permanentemente en el panorama de la moda francesa. Su posicionamiento en la gama media responde plenamente a las expectativas de una clientela que descubre lo que será la “moda rápida” y también el “compra placentera”. En la mayoría de los centros de las ciudades, el avance de Zara y H

Sin embargo, la situación está cambiando a comienzos de la década de 2010, a medida que se intensifica la competencia con los gigantes internacionales. Este es el momento en que el sueco H

Lea también: Camaïeu, Pimkie, Burton… La interminable caída del telón de las marcas de prêt-à-porter

La tormenta es fuerte y Naf Naf no se encuentra en el mejor buque insignia para afrontarla. El grupo Vivarte, que entonces también era propietario de Caroll, Minelli y Kookai, estaba abrumado por las deudas (2.800 millones de euros en cuentas por cobrar en 2018). La peor situación económica revela años de subinversión, particularmente en digital. En 2018 el grupo inició su desmantelamiento. La marca de los hermanos Pariente se unió entonces al consorcio chino La Chapelle. El nuevo accionista sólo tiene una palabra en mente: ampliar la red de tiendas. 500 puntos de venta en China, 30 tiendas propias en Europa… La estrategia es ambiciosa, pero anticuada. “Los esfuerzos han sido insuficientes en términos de dirección artística y también en términos de inversiones, ya sea en logística o en comercio electrónico”, considera Thomas Graffagnino. Todo ello ha ampliado la brecha con las marcas internacionales.

Los proyectos del consorcio chino seguirán siendo una ilusión. Lo que sea. Con sus 243 tiendas (2019) y su oferta “made in Asia”, Naf Naf sufre la peor parte de la crisis sanitaria que comenzó en marzo de 2020. El 15 de mayo, Naf Naf fue declarada en suspensión de pagos. La pepita del Sentier todavía puede contar con una facturación honorable (200 millones de euros) y cierta notoriedad para atraer compradores. El partido se disputa finalmente entre dos finalistas: el grupo Malo Beaumanoir -propietario de Caroll and Morgan- y SY, liderado por el empresario franco-turco Selçuk Yilmaz.

La preferencia del tribunal comercial de Bobigny se inclina por la segunda oferta, que también es favorecida por la dirección de Naf Naf. Además de ser socialmente mejor, la propuesta franco-turca también es más convincente sobre el papel: propietario de una fábrica en la zona euromediterránea, el empresario se ofrece a controlar toda la cadena, desde la compra de textiles hasta la venta física. Una vez más, Naf Naf no tiene suerte: este traslado de la producción a las fronteras de Europa se produce en el mismo momento en que otros actores también deciden acercar sus plantas de producción a sus puntos de venta. Como resultado, los precios de la ropa y los materiales están aumentando en la región. “Tuvimos que repercutir un aumento de alrededor del 10 % en los precios de venta”, admitió Luc Mory, ex director general de la marca en marzo de 2023.

Precios, siempre precios. Para Thomas Graffagnigno, este es el eterno escollo de la marca. “Naf Naf no ha sabido encontrar un posicionamiento relevante en el nuevo mercado de la moda”, lamenta el experto. No tiene ni el precio atractivo de una ultra low cost, como SheIn, ni la legitimidad premium de marcas internacionales que marcan tendencia como Zara. Poco moderno, un poco envejecido: el propietario de Naf Naf, o su posible comprador, tendrá mucho trabajo para restaurar la imagen de la marca de cincuenta años. En un futuro inmediato, los sindicatos de la marca esperan sobre todo que la empresa ponga remedio a los persistentes retrasos en el pago de salarios e indemnizaciones a los empleados despedidos…