El miércoles, el especialista en pagos Worldline anunció una pérdida neta de 817 millones de euros para 2023. Debido a la alta inflación en 2023, la empresa se vio obligada a amortizar su negocio principal, los servicios comerciales. Quiebras, colapso de la bolsa, muerte del presidente, revuelta de un fondo activista… el año pasado no se escatimó nada para el proveedor de servicios de pagos francés. 2023 “fue un año de contrastes para Worldline”, resumió modestamente su director general, Gilles Grapinet, durante una rueda de prensa, recordando, sin embargo, un primer semestre no tan malo. Pero en la segunda parte del año, el “fuerte deterioro del consumo en Europa” penalizó gravemente la rentabilidad del grupo, obligándolo a depreciar su principal actividad, los servicios a los comerciantes, en 1,150 millones de euros, es decir aproximadamente el 10% de su valor.
En el plano social, Worldline tuvo que anunciar el 7 de febrero un plan de reducción de puestos de trabajo, que afectaría hasta al 8% de sus 18.000 empleados en todo el mundo, es decir, unas 1.400 personas, de las cuales 330 en Francia. Gilles Grapinet explicó, al margen de la presentación de los resultados anuales, que la elevada inflación (4,9% en Francia el año pasado según el INSEE, incluso más en otros mercados del grupo) había provocado «una fuerte desaceleración de los volúmenes de ventas entre los comerciantes y los arbitrajes». (…) de determinadas categorías de consumidores, abandonando las pequeñas empresas en favor de las grandes empresas. Sin embargo, Worldline consigue un mejor margen con su multitud de clientes «pequeños» que con los más grandes, como por ejemplo los jugadores de descuento, que negocian costes muy reducidos con sus proveedores de pagos gracias a su volumen de negocio.
Sans la dépréciation de 1,15 milliard d’euros passée dans ses comptes, le groupe serait dans le vert, a-t-il souligné, avec un bénéfice net de 521 millions d’euros, toutefois en baisse de 4,3% sur un año. Worldline, cuyas acciones se desplomaron un 60% en Bolsa en octubre tras una revisión a la baja de su previsión de crecimiento de la facturación, finalizó 2023 con un aumento del 6% en sus ventas, hasta 4.610 millones de euros.
Para 2024, el grupo tiene ahora un objetivo “cauteloso” de crecimiento de la facturación de al menos el 3%, y aspira a un aumento de entre el 5 y el 9% a partir de 2025, gracias a su actividad de servicios comerciales. Los inversores avalaron estas cifras: hacia las 9:50 horas en la Bolsa de París, las acciones de Worldline perdieron un 10,25%, hasta 10,99 euros, en un mercado que subió ligeramente un 0,10%. Worldline también está trabajando en una nueva versión de su junta directiva, prevista para finales de marzo.