Le Figaro Burdeos
Esta es otra consecuencia de la precariedad de la vida estudiantil. Aunque es difícil cuantificar el porcentaje de estudiantes que se prostituyen para financiar sus estudios, la crisis sanitaria ha agravado este fenómeno y su giro hacia lo digital. En Burdeos, la asociación La Case acaba de crear una plataforma dedicada a los jóvenes menores de 25 años y a los menores que se prostituyen: “Rose” utiliza sus códigos y su lenguaje para dar a este público vulnerable acceso a la información y a la salud.
“La prostitución es extremadamente tabú y oculta”, explica Véronique Latour, presidenta de La Case, asociación fundada por Médicos del Mundo en 1994 en Burdeos. Por eso el término prostitución nunca se utiliza en la plataforma digital. “No estamos aquí para juzgaros”, recuerda el sitio web, accesible en particular mediante códigos QR repartidos por toda la ciudad. Con este método de distribución, “nos dirigimos al grupo de edad, no a la actividad”, explica Véronique Latour. Recordatorio de derechos, explicación del consentimiento, buenas prácticas de higiene… Además de las secciones disponibles en la plataforma, un “chat” también permite hablar en directo con un miembro de la asociación.
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Esta plataforma nació a petición del Estado, porque era una especialidad de Burdeos trabajar en el espacio digital sobre estas cuestiones, recuerda Véronique Latour. En plus d’avoir mis en place «Rose», l’organisation a créé une permanence spécifique au sein du dispositif Poppy, qui accompagne déjà les personnes qui se prostituent, dans un local rue de la Tour de Gassies, dans le quartier Saint- Piedra. Si acudes a Poppy, “no necesitas tu tarjeta vital ni tus derechos de seguridad social abiertos, no necesitas cita previa, no necesitas dar tu nombre si no quieres”, especifica la plataforma Rose. Este equipo reforzado también aumentará el “incursión digital” en redes sociales y sitios de citas.
“Los estudiantes se encuentran en una situación financiera especialmente precaria”, explica Véronique Latour, lo que explica en parte el aumento del número de estudiantes que llegan a fin de mes de esta manera. Una encuesta realizada en 2011-2012 en la Universidad Paul Valéry de Montpellier revela que el 4% de los estudiantes habría aceptado «dinero u otra cosa a cambio de un acto sexual» y que el 15,9% consideraría la prostitución «en caso de situación muy precaria». . Según el último estudio de Linkee, una asociación de ayuda alimentaria, el 54% de los estudiantes se saltaría las comidas por falta de dinero, frente al 43% en 2022, y uno de cada cinco estudiantes se plantearía abandonar sus estudios por dificultades económicas.