Le Figaro Burdeos

En 2021, una madre de Burdeos es abofeteada por una mujer que hace cola en un punto de relevo. ¿Su culpa? Ella estaba amamantando a su bebé. Unos días más tarde, la fotógrafa bordelesa Ana Kï decidió fotografiar a varias mujeres amamantando, para concienciar sobre este tema. Muchos de ellos acudieron a la llamada y se fotografiaron en la plaza de la Bolsa. En 2022, 70 ciudades se sumaron al movimiento “Tengo hambre, como”, y en 2023 serán más de 80, en Francia, Bélgica, Luxemburgo e Italia, para organizar un encuentro este domingo 17 de septiembre.

“Estoy encantada de ver que el movimiento crece cada año”, afirma Ana Kï. “Es un movimiento de protesta y militante, pero no es una manifestación”, explica el fotógrafo. “Venimos a regalar fotos a los padres transmitiendo un mensaje de amor, libertad y lucha contra los mandatos”. Ana Kï, que es madre, recuerda que, lamentablemente, son especialmente las mujeres las que juzgan con más dureza a quienes amamantan. Para esta mujer de Burdeos, el desafío es “deserotizar el pecho y ver la lactancia materna como un acto de crianza”, y no como una provocación.

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“Tenemos derecho a pasar vergüenza”, recuerda Ana Kï, quien, sin embargo, señala que “las madres que dan el biberón no deben esconderse en una habitación y no están obligadas a interrumpir una comida familiar o un buen rato con los amigos. Según ella, las madres “no deben dejar de vivir porque alimentan a sus hijos”. Las madres que lo deseen pueden participar gratuitamente en el encuentro en su ciudad registrándose en la web del movimiento, pero los fotógrafos deberán pagar 25 euros para financiar la web. El excedente recaudado será donado a la Asociación de Lactariums de Francia, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de recogida y distribución de la leche materna.

Aunque la ex diputada del LREM, Fiona Lazaar, presentó en 2021 un proyecto de ley para tipificar “un delito de obstrucción de la lactancia materna”, nunca se votó. La Coordinación francesa para la lactancia materna (COFAM), autora de una petición que recogió cerca de 50.000 firmas, lamenta este vacío legal. “Amamantar a su hijo en un espacio público no es un derecho adquirido en Francia. Si bien la lactancia materna es una práctica milenaria y natural, destinada a satisfacer las necesidades fisiológicas del niño, cuando se realiza en un espacio público, a menudo se la compara con el exhibicionismo.