Francia está dispuesta a ayudar a Italia. Este es, en esencia, el mensaje transmitido el domingo por el portavoz del gobierno, Olivier Véran, en el plató del “Gran Jurado” RTL-Le Figaro-M6. La causa son los aproximadamente 8.500 inmigrantes africanos que desembarcaron en pocas horas en la pequeña isla de Lampedusa, situada a unos cien kilómetros de la costa tunecina. “Sólo como europeos podremos afrontar la situación con mayor eficiencia y humanidad (…). No es trabajando solos, todos en casa, unos contra otros, como llegaremos allí”, afirmó el ministro delegado. Esto, mientras los nacionalistas de Reconquista y de Agrupación Nacional quieren confiar en esta nueva crisis migratoria para lanzar la campaña electoral europea, con vistas a las elecciones de junio de 2024.
Al llegar a Lampedusa el domingo por la mañana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pidieron a los Estados miembros que asuman su parte en la crisis migratoria que afronta el Viejo Continente. Por tanto, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, deberá desplazarse allí en los “próximos días”. Sin duda para renovar el mensaje de Emmanuel Macron, que ya dijo el viernes que estaba dispuesto a cumplir «un deber de solidaridad europea» con el vecino italiano, anunciando que el trabajo estaba «en progreso» entre los dos gobiernos transalpinos. «No podemos acoger a todos, pero hay personas que justifican que Francia y Europa respeten esta tradición de acoger a las personas que están en peligro», confirmó Olivier Véran. «Algunos de estos inmigrantes tienen la intención de permanecer en la Unión Europea porque corren peligro en el país de donde vienen», continuó.
El jefe de la RN, Jordan Bardella, pidió por su parte al jefe de Estado que no acoja a “ni uno solo” en suelo francés. «Estamos hablando de personas que cruzaron el Mediterráneo en embarcaciones improvisadas», afirmó el portavoz del Gobierno. Hay personas que tienen una sexualidad no compatible con las leyes, que corren el riesgo de ser condenadas a muerte. Hay personas que huyeron en total angustia”.
Sin embargo, no se trata de dar la impresión de estar abriendo de par en par las puertas de Francia. “Cuando uno llega a un país europeo, debe examinarse atentamente su situación para saber si tiene intención de permanecer en Europa”, recordó el Ministro Delegado.
Si el ejecutivo francés juega la carta de la solidaridad, será Italia la encargada de tramitar las solicitudes de asilo antes de distribuirlas a los diferentes países, tal y como establece el reglamento de Dublín. “Nos gustaría que se hiciera esto en Italia para saber quién tiene derecho de asilo y quién no”, afirmó Olivier Véran. Una cuestión espinosa que no debería facilitar la tarea del Gobierno a medida que se acerca el examen del proyecto de ley de inmigración, previsto para otoño en el Parlamento.