Habiendo pasado su turno en Cannes, la Mostra conservó las nuevas películas de Luc Besson, Woody Allen y Roman Polanski. Tres cineastas que suscitan polémica, en distintos grados, respecto a su pasado judicial. “Sabía que podía provocar reacciones, declaró a French Film antes del festival Alberto Barbera, director de la Mostra. Sobre Polanski, ya me expresé cuando seleccionamos J’accuse en competición en 2019: hay que marcar la diferencia entre el hombre y el artista. »

El Palacio, el nuevo largometraje del director franco-polaco de 90 años, presentado fuera de competición, permite en cualquier caso marcar la diferencia entre el Polanski de ayer (El pianista) y el de anteayer ( Rosemary’s Baby, Chinatown) y la de hoy. Ya no queda mucho y, tras la proyección de prensa en el Lido el viernes por la tarde, un grupo de periodistas pálidos se apresuró al Spritz para intentar olvidar esta broma de mal gusto.

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En Nochevieja, un gran hotel de los Alpes suizos recibe a una multitud de clientes ricos, estúpidos y vulgares. Una ex estrella del porno, un cirujano plástico y su esposa que padece Alzheimer, pieles viejas más levantadas que el Joker, el embajador ruso y sus secuaces se reúnen: presencian en la televisión el traspaso de poder entre Boris Yeltsin y Vladimir Putin, y algunas estrellas pasadas. Mickey Rourke, peluquín rubio y moreno berlusconiano, hereda una habitación del tamaño de un armario de escobas porque no reservó (risas). Fanny Ardant tiene un perrito que solo hace caca en el pasto y no en la nieve, así que se caga en las sábanas (risas). John Cleese le regala un pingüino a su joven y gorda esposa para celebrar su primer año de matrimonio (risas). El perrito de Fanny Ardant acaba poniéndose el pingüino de John Cleese después de los fuegos artificiales (risas). Entre dos sketches nada divertidos y gags, el director del hotel intenta sobrevivir a este baile de vampiros, acatando sin pestañear los caprichos de sus clientes degenerados.

La sátira de los ultraricos no es un género al alcance de todos. Roman Polanski no es un cualquiera, pero ya no es el cineasta que era. The Palace no se acerca ni siquiera a la punta de Sin filtro, la Palma de Oro de Ruben Östlund, o White Lotus, la serie de Mike White. Entendemos por qué Polanski no viajó a Venecia para presenciar el hundimiento. Luca Barbareschi, productor italiano de The Palace, participó en la rueda de prensa del sábado explicando que la película de Polanski aún no había encontrado distribuidor francés pero que tenía esperanzas. «Sería una pena para Francia, un reparto internacional, con Fanny Ardant, la actriz francesa más importante, en una película fantástica realizada por el director francés más importante…». Una declaración mucho más divertida que todas las líneas de la película juntas.