Nicolas Normand fue embajador de Francia en Mali de 2002 a 2006, así como en el Congo, Senegal y Gambia. Es autor del Gran Libro de África (ed. Eyrolles, 2018, edición actualizada en junio de 2022).
EL FÍGARO. – Los golpistas nigerinos exigen la salida del embajador francés en Niamey. Ayer, Emmanuel Macron les respondió que el embajador francés permanecería en Níger y que la política de Francia no cambiaría. ¿Aprueba esta firmeza del Presidente de la República?
Nicolás Normando. – Esta firmeza no es constante. Francia, por ejemplo, colaboró con los golpistas de Malí después de su golpe de Estado en 2020. Francia, en cambio, denunció el ocurrido en mayo de 2021. En Chad, contrariamente a lo que preveía la constitución, el hijo del presidente sucedió a su padre. Al ir allí, Emmanuel Macron denominó este proceso. Se trata, por tanto, de una firmeza de geometría variable, dependiendo del país y del contexto local. En el caso de Níger, Francia muestra firmeza porque el presidente electo Mohammed Bazoum es rehén de los soldados; todavía no ha dimitido, lo que significa que hay dos presidentes, uno legal y otro de facto, a diferencia de otros países.
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Ningún país reconoce a los golpistas nigerinos como autoridades legítimas del país. A diferencia de otras potencias occidentales, Francia se ha presentado claramente, aunque esté en el punto de mira de los críticos nigerinos. Nuestra condición de antigua potencia colonial, nuestra posición como principal socio económico y militar y el despliegue de 1.500 soldados todavía allí nos sitúan constantemente en el centro de atención. La sabiduría y la razón nos habrían dictado que nos mantuviéramos discretos o al menos que no reaccionáramos de forma exagerada.
Sin embargo, la restauración del poder del Presidente Bazoum es una causa perdida. Incluso en caso de regresar, sería catalogado como “pro-Francia”. Apostamos desde el principio al perdedor. Los principios democráticos son buenos, pero deberían haberse observado con moderación y discreción. Apoyar una intervención militar de la CEDEAO en Níger es un error. La CEDEAO no tiene los medios para estar a la altura de sus ambiciones en este ámbito; es un espantapájaros que no puede materializarse. Al apoyar la opción de la intervención militar, Francia se coloca en una situación de Estado hostil; Sobre todo porque, en caso de intervención, Francia podría enviar medios logísticos.
¿Por qué los golpistas quieren que Francia se vaya?
Los golpistas saben que Francia es muy impopular en Níger y, más ampliamente, en el Sahel. Con su pasado colonial, el franco CFA, sus bases militares y sus mandatos regulares, la juventud de Níger percibe a Francia como una potencia neocolonial. Nuestra diplomacia no se ha adaptado a los cambios en estas sociedades. En este contexto, la junta militar –que inicialmente no tenía nada contra Francia– se volvió totalmente populista. Cuanto más ataca Francia a Níger, más satisfechos están los golpistas. El discurso de Emmanuel Macron sin duda hizo las delicias de los yihadistas y golpistas. Todo el mundo quiere que Francia aparezca como el villano que quiere atacar a Níger. El presidente francés no entendió que con sus palabras la población se une un poco más a los golpistas.
¿Cuáles son los intereses políticos, económicos y estratégicos de Francia en Níger?
No tenemos intereses particulares en Níger, excepto la empresa Orano, que explota uranio pero no es un proveedor esencial para Francia. Nuestro único interés no es específico de Níger, sino de todo el Sahel: debemos evitar, aunque ya sea demasiado tarde, que esta región se desestabilice y se convierta en un foco de terrorismo internacional. Hay que temer nuevos flujos migratorios, aunque no sean demasiado grandes porque la gente es demasiado pobre para financiar un viaje de este tipo a Europa.
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Sin embargo, la presión migratoria aumentará porque los sahelianos se desplazarán hacia los Estados costeros, que a su vez se verán desestabilizados. Estamos entrando en un escenario de degradación generalizada que acentuará los flujos migratorios. Al final, nuestra expulsión de la región será por nuestro propio bien, lo que nos devolverá a la situación de los británicos. Desde su partida, el sentimiento antibritánico en el África de habla inglesa no ha aumentado. Al igual que nosotros, no tienen ningún interés económico o estratégico importante en esta región. Cuando hayamos normalizado nuestras relaciones con los países africanos, volverán a ser buenas.
Emmanuel Macron consideró también que «la naturaleza misma del terrorismo está cambiando en toda la región». ¿La desestabilización de Níger y, más ampliamente, del Sahel debido a los sucesivos golpes de Estado, representa un riesgo directo para Francia?
Al contrario de lo que hemos vivido en Oriente Medio, no hay que lamentar ningún ataque relacionado con el Sahel. Gran parte de Mali, Burkina Faso y ahora Níger no están controladas, y ya estamos viendo movimientos yihadistas de inspiración local, a veces afiliados a Daesh o Al Qaeda. La mayoría de los ejecutivos de Daesh todavía están en Irak o Siria, pero el Sahel ha superado a Oriente Medio en número de ataques terroristas.
Es una zona que servirá como centro del terrorismo internacional. Como Francia tiene una gran diáspora saheliana esencialmente musulmana en su territorio, puede que se repita lo que experimentamos en Oriente Medio. El riesgo terrorista justifica la presencia de Francia en la región. Por lo tanto, tenemos interés en impedir cualquier proliferación del terrorismo en la región. Si los responsables hubieran leído los análisis de los especialistas, habrían comprendido que ya no es el momento en que se pueden enviar fuerzas expedicionarias al Sahel para luchar contra el terrorismo. Ya no funciona.
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Asimismo, la democracia ha quedado desacreditada, la juventud urbana pide un régimen militar neosoberano y populista, mientras que una parte de la juventud rural, desprovista de futuro y de esperanza, favorece un sistema yihadista. La explosión demográfica, la debilidad del Estado y la ausencia de desarrollo económico provocan una insurrección social y una rebelión de la juventud. Los yihadistas son los únicos que proporcionan un marco intelectual coherente. Prestan servicios a la población dando empleo y un ideal a los jóvenes y garantizando un orden público preferible al caos. Es cierto que el marco cultural es el de la Sharia, pero la justicia es expedita, a diferencia de la justicia ineficiente y corrupta del régimen vigente, reputado prooccidental y democrático.