Los exguerrilleros tuareg del norte de Mali dijeron haber sido atacados el viernes por el ejército y el grupo paramilitar ruso Wagner, en medio de crecientes tensiones con la junta a la que acusan de cuestionar el acuerdo de paz de 2015. Las fuerzas de la Coordinación de Movimientos de Azawad (CMA) «Acabamos de repeler un ataque complejo liderado por Fama (el ejército de Malí) y Wagner» el viernes en Ber, en la región de Tombuctú (norte), afirmó en Facebook un portavoz de la CMA, Mohamed Elmaouloud Ramadane, sin brindar un informe. “Somos testigos de la comunidad internacional de estos graves actos”, agregó el Sr. Ramadane, denunciando una “violación de todos los compromisos y arreglos de seguridad”.

La CMA es una alianza de grupos separatistas y autonomistas dominados por los tuareg que se rebelaron contra el estado de Malí en el norte en 2012. Es una de las partes del acuerdo de paz de Argel, firmado en 2015 con el gobierno de Malí.

El viernes por la noche, las Fuerzas Armadas de Malí no mencionaron específicamente un enfrentamiento con la CMA. Ellos, por su parte, aseguraron haber «respondido enérgicamente» el viernes a «un intento de incursión en su dispositivo y al fuego de acoso» de «terroristas», término con el que suelen designar a los grupos yihadistas.

Este enfrentamiento, que se produjo mientras los soldados malienses se dirigían hacia Ber, dejó un muerto y cuatro heridos en el lado del ejército. “Los terroristas en su estampida abandonaron cuatro cuerpos, varias motos y equipo militar”, dijo la Fama en su página de Facebook. El jueves, la antigua rebelión tuareg anunció la salida de todos sus representantes de Bamako por motivos de «seguridad», ampliando aún más la distancia con la junta en el poder en Malí desde 2020.

En este país sumido en una profunda crisis, los socios extranjeros consideran esencial la implementación del acuerdo de paz de 2015 mientras los yihadistas continúan luchando contra el estado bajo la bandera de Al-Qaeda o la organización Estado Islámico.

La CMA controla amplias zonas del norte, y acusa a la junta de pretender hacerse con el control de las bases que allí la misión de la ONU (Minusma) se dispone a dejar a finales de año. También critica a los militares por haber hecho aprobar en junio una nueva Constitución, comprometiendo, según ella, el acuerdo de Argel.

La insubordinación en el norte es un gran factor irritante para la junta. Este último ha hecho de la soberanía su mantra desde que tomó la cabeza del país, rompió la alianza con Francia y sus socios contra el yihadismo, para volcarse militar y políticamente a Rusia.