“¡No sé qué pensar de la inteligencia artificial, creo que es una locura pero al mismo tiempo temo por mi trabajo!”, dijo Angèle en las redes sociales. Hay que decir que la burbujeante cantante belga debió quedar un poco desconcertada cuando escuchó una réplica perfecta de su voz versionando el éxito Sayan de Gazo y Heuss l’Enfoiré. Una canción que nunca ha interpretado.
Este engaño es obra de Lnkhey, beatmaker y, en general, artista. Este último logró esta prestidigitación de farol gracias a RVC, un software que permite reproducir cualquier voz de forma idéntica. Contactado por teléfono, explica: “Para obtener este resultado, aislé unos diez minutos de la voz de Angèle de sus canciones, luego transmití las pistas de audio a RVC. Después de eso, modifiqué un poco la melodía para que pudiera ir con la voz del artista. ¡Terminé grabándome cantando la letra y la IA terminó el trabajo reemplazando mi voz con la de Angèle! Una vez publicada, la portada causó revuelo, generando cientos de miles de visitas en las redes sociales, un éxito “inesperado” para el joven. Así lo retransmitieron muchos medios e incluso le llegó a la intérprete de Balance tu qué se divirtió con ello a través de un video de Tik Tok.
En Estados Unidos, están en marcha conversaciones entre Universal Music, Warner y Google para legalizar y regular esta práctica a través de normas específicas de derechos de autor. Con el objetivo de ampliar las posibilidades de creación musical respetando y remunerando a los artistas.
La industria de la música quiere su parte de portadas falsas generadas por IA
En Francia, el marco legal en torno a las falsificaciones profundas de audio sigue siendo bastante vago. Sin embargo, según Didier Félix, abogado especialista en derecho musical, tal uso de la voz de Angèle podría ser penalmente reprobable. El artista podría haber demandado por “uso de derechos de personalidad” entre otras cosas.
En este caso, el ambiente sigue siendo afable y divierte a todas las partes. Para Lnkhey, autor de la recuperación, se trata solo de una “manera divertida de explorar nuevas posibilidades tecnológicas”. El beatmaker explica: «Me permitió obtener algo de exposición para mis proyectos musicales reales, pero no irá más allá de las redes sociales, no hay ánimo de lucro. Pude intercambiar rápidamente con Heuss l’Enfoiré, el autor del sonido, y ser recogido por diferentes medios, ¡todo es muy benévolo!»