El estado de Australia Occidental ha anunciado que se derogará una ley que entró en vigor a principios de julio para proteger los sitios aborígenes porque está demostrando ser demasiado compleja de aplicar y genera divisiones. El texto había sido votado tras una investigación parlamentaria que estigmatizaba al gigante minero Rio Tinto, que había dinamitado la cueva del desfiladero de Juukan, para extender la explotación de un yacimiento de hierro.
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Sin embargo, el lugar es considerado sagrado por los pueblos Puutu Kunti Kurrama y Pinikura (PKKP), la cueva contiene algunos de los artefactos más antiguos del país. El francés Jean-Sebastien Jacques, jefe de Rio Tinto, y dos altos ejecutivos habían renunciado mientras la comunidad aborigen pedía una «revisión» de la minería.
«La tragedia de Juukan Gorge fue una vergüenza» con repercusiones globales, pero la respuesta de las autoridades «no ha sido la correcta», reconoció el lunes Roger Cook, el nuevo primer ministro de centroizquierda de Australia Occidental. estado más grande.
Dijo que la nueva ley resultó demasiado compleja y lejos de ser consensuada: «Hemos ido demasiado lejos, sin querer causando estrés, confusión y división» en la comunidad nacional australiana, reconoció.
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Dos meses después de prestar juramento tras la renuncia de su predecesor, Cook dijo que era «obvio» que se necesitaban cambios. “Las regulaciones complicadas, la carga impuesta a los terratenientes y la mala implementación de las nuevas leyes han sido inaplicables para todos los miembros de nuestra comunidad”, reconoció además, diciendo “lo siento”.
El gobierno de este estado rico en recursos ha anunciado un proyecto de ley que restablece la legislación anterior, que estuvo en vigor durante 50 años. Sin embargo, el futuro texto requerirá que los propietarios informen al gobierno de cualquier cosa que pueda afectar a los sitios aborígenes, pero no se les exigirá que realicen un estudio de impacto patrimonial ellos mismos.
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Corresponderá al estado australiano estudiar, durante la próxima década, las áreas de «alta prioridad» que aún están inexploradas, con el consentimiento de los propietarios. El gobierno no había encontrado el equilibrio adecuado, lo que hizo “no funcionó. Es esencial que gestionemos el patrimonio cultural con sentido común, para poder avanzar juntos como comunidad”, concedió además el Sr. Cook.